Extremadura: un escenario político a la deriva
María Guardiola, Ángel Pelayo y Guillermo Fernández Vara/ 7Días
Desde el pasado 28 de mayo el foco nacional está puesto en Extremadura. Y no es para menos, ya que el panorama político regional no tiene pinta de mejorar. A los medios nacionales que ahora se hacen eco de lo que sucede en la región me gustaría haberles visto más a menudo. Sobre todo las tantas veces que los extremeños y extremeñas, alzando la voz -como dice nuestro himno-, hemos reivindicado nuestros derechos y necesidades en Madrid.
No sé a ciencia cierta cuál es el propósito de VOX en este camino. O tal vez sí. Sus 5 diputados en la cámara no serán moneda de cambio ni se entregarán como cheque en blanco al PP de María Guardiola. Así pudimos comprobarlo el día de Constitución de la Asamblea en el que, precisamente, la socialista Blanca Martín se alzaba de nuevo con la Presidencia de la misma.
La cara de una María Guardiola atónita ante lo que acababa de suceder, y la ausencia de preparación del discurso como presidenta de la propia Blanca Martín nos alertaban de que el tablero de ajedrez había sufrido un vuelco. De lo que podría haber sido entonces un ‘jaque mate’ de la derecha extremeña pasamos a una mano tendida entre la izquierda. Y así lo afirmó Fernández Vara alegando que ‘los puentes se habían roto’. Los puentes entre PP y VOX, claro está. Estos últimos quedaron sin representación en la mesa de la Asamblea gracias a que dos diputados socialistas dieron su voto al diputado de Podemos, José Antonio González, convirtiéndolo en el Secretario Tercero de la misma.
Una vez contextualizado el proceso, vayamos por partes porque hay jugosos cambios en este escenario:
¿Qué hay de verdad en las palabras de María Guardiola afirmando que quería gobernar en solitario mientras ofrecía a VOX la Vicepresidencia de la mesa, el Senador por designación autonómica y varios cargos en Secretarías y Direcciones Generales de un posible gobierno en la comunidad?
¿Qué hay de verídico en eso de aseverar que actuó bajo sus valores y principios posicionándose en contra de las políticas que niegan la violencia de género encaminadas por VOX a todos los niveles institucionales?
¿Por qué María Guardiola ha asegurado que gobernaría en solitario, pero a su vez ofrecía jugosos cargos en las instituciones extremeñas, las cuáles inevitablemente también forman parte del gobierno de la región?
Todas estas preguntas podríamos haberlas realizado hasta el día de ayer, pero hoy, las tornas se han cambiado, y la presidenta del PP extremeño ha cambiado ligeramente de opinión. En una carta remitida a sus militantes dice ahora, que es “imprescindible el diálogo y el acuerdo” con VOX en Extremadura. Imagino que así se lo habrán hecho entender desde Génova. Tras la renuncia obligada de uno de sus asesores, Santiago Martínez-Vares, quién a través de unos audios atacaba a la formación verde y a su líder nacional, Santiago Abascal, el PP extremeño se ha visto sobre las cuerdas. No tienen ahora más remedio que volver a cambiar la baraja de cartas para jugar en conjunto y ya no en solitario como alertaba semanas atrás Guardiola. Y me pregunto entonces, ¿cuál de todas estas versiones es la real de la que -frente a todo pronóstico- será en breve la nueva presidenta de la comunidad extremeña?
El PP de Guardiola ha pasado de no querer ofrecer Consejerías a sus posibles socios de gobierno afirmando que “lo importante es Extremadura y no los sillones que ocupar”, a, precisamente, posicionarlos en el eje de la acción política en la región. Ella, quien hablaba de que lo importante no eran los sillones sino trabajar por la comunidad, ahora tendrá que dejar sin silla a algunos de los suyos para que las ocupen los de VOX.
Queda mucha tela que cortar ya que los últimos acontecimientos habían puesto el foco de atención sobre la figura del actual presidente en funciones, Guillermo Fernández Vara. El socialista, que la noche electoral se mostraba derrotista y anunciaba pública y precipitadamente su marcha de la política y su incorporación al SES, probablemente hoy ya sepa qué va a suceder en la región. Lo que sí está claro es que las idas y venidas entre PP y VOX, el “ahora sí, pero no” están poniendo de manifiesto por qué los ciudadanos extremeños están hartos y desencantados con la política. Y ante esto, Vara se posicionaba hace días como el candidato a presidir la comunidad.
Si bien es cierto que el 28 de mayo tras conocer los resultados electorales, el panorama generaba incertidumbre total, nadie sabe qué pasaría si volvieran a repetirse los comicios. Unos dirán que el PSOE saldría refrendado, pero todos desconocen si pudiera haber una nueva candidatura sobre la mesa, algo sobre lo que el propio Fernández Vara ha evitado hablar dado que desconoce si volvería a presentarse. Otros, en cambio, apostarían por una victoria más amplia de Guardiola debido a su cambio de guion en torno a VOX. Y entre tanto, tanto estos como Podemos, servirían como cierre del engranaje de un gobierno de derechas o de izquierdas, según se torne la balanza electoral.
Entre todo este lío, tengamos una cosa clara, y es que la hemeroteca no tiene fecha de caducidad, y los cambios de estrategia de Guardiola podrían pasarle factura. Quienes hace unos días a la ligera anunciaban unas posibles elecciones si no hubiese acuerdo, tal vez no fuesen conscientes de lo que supone estar sin gobierno casi un año. Hablamos de la vida de la gente, de las oposiciones esperadas por muchos, de los comedores escolares, de la puesta en marcha de las becas y ayudas para el estudio, de las subvenciones, de los Fondos Europeos, de la partida de los ayuntamientos… Hablamos de tantas cosas como componen el entramado político y social de una administración pública.
Y, sobre todo, hablamos de algo que algunos han pasado por alto: quién no alcanza la mayoría absoluta para gobernar en solitario no está en condiciones de detentar exigencias, ni políticas ni personales. Decía Guardiola que a VOX sólo le importa ocupar sillones, cuando al mismo tiempo reserva para ellos otras esferas de poder que considera menos importantes. Pasaba por alto, además, que la lista más votada, encabezada en este caso por Fernández Vara, tiene el derecho y el deber de presentar su candidatura para presidir la Junta. ¿Presentará ahora el socialista su candidatura para presidir la Junta una vez que Guardiola ha tendido la mano a sus futuros socios de gobierno?
Sea como fuere, que la regeneración política en el PSOE extremeño viene de camino es algo conocido por todos. No sabemos cuándo se iniciará, todo depende de cómo y de qué forma se muevan las fichas en el tablero político. Pero de lo que sí tenemos constancia es de que hay que dar paso a una nueva generación que lleva años escuchando y manifestando opiniones al otro lado de la esfera política, llegando ahora el momento de agarrar el timón y sortear los obstáculos encontrados en la deriva.
Sin duda, los tiempos cambian, y Extremadura lo merece y lo necesita.