21 Mayo 2025
2 . 054 . 114 lectores

OPINIÓN: Hacia un nuevo tiempo de esperanza

1 de Febrero de 2021

OPINIÓN: Hacia un nuevo tiempo de esperanza

Estamos viviendo una situación de muerte y de dolor inusitadas. Pero, además, en medio de esta tragedia colectiva, ha surgido una pobreza derivada de la crisis sanitaria y económica, que deja a miles de personas en el desamparo y la marginación social.

Como creyentes en el Jesús encarnado en la humanidad, no solo asistimos a una pérdida de vidas incontenible, sino que esas muertes se producen en medio del sufrimiento y de una soledad, más penosa a veces que el propio dolor de la enfermedad y el miedo a la propia muerte. Por eso, no podemos permanecer indiferentes a esta profunda quiebra del acontecer humano y social y debemos hacer una mirada comprometida a esa realidad dura y envolvente.

De otro lado, la crisis migratoria ha llegado a niveles de deshumanización incontrolables. Hay una violación flagrante de los derechos humanos en nuestra frontera Sur (Canarias, Ceuta y Melilla), que resulta insoportable a nuestras conciencias cristianas y ciudadanas y desacredita sin remedio a nuestro Estado de derecho.

Por ello, hacemos un llamamiento imperioso a nuestra sociedad democrática para que reaccione con la ética cívica requerible a estas lacras:

1. Exigimos a los poderes públicos una respuesta humanitaria y solvente a la situación. El primer deber de las administraciones es atender a las personas en sus necesidades básicas. Recortar la sanidad pública a favor de intereses económicos privados es un atropello y resulta fundamental que la ley lo impida con rigor y eficacia.

2. Los cuidados a las personas mayores son una prioridad absoluta de nuestro estado de bienestar. La atención a la dependencia en sus diversos servicios debe contar con la financiación necesaria para que no continúe la tardanza en la prestación del servicio por periodos injustificables. Un nuevo modelo de atención domiciliaria y, en su caso, residencial, debe proyectarse lo antes posible, con la cobertura asistencial y sanitaria que su realidad requiere.

3. Urge igualmente establecer los mecanismos apropiados para cubrir el umbral de la pobreza en nuestro país (fijado en 739 euros por persona), tanto la pobreza endémica, que viene perdurando en el Estado español, como la sobrevenida del Covid-19 y que se calcula actualmente en 850.000 hogares. Es imprescindible superar el atasco burocrático del Ingreso Mínimo Vital para que sea un instrumento efectivo en este objetivo. Su complementariedad con las rentas autonómicas resulta indispensable para alcanzar una prestación mínima suficiente para garantizar el derecho básico a la subsistencia.

4. Las políticas migratorias deben respetar como mínimo el derecho Internacional de los Derechos Humanos, una acogida social a los inmigrantes es ineludible para respetar su vida y sus derechos. El asilo es un instrumento esencial para una parte de ese colectivo, que proviene de guerras y persecuciones políticas. Pero el encauzamiento de la inmigración económica es también fundamental para nuestro mundo occidental, que, en base a una cooperación activa entre los estados, debe articularse con medios suficientes sin esperar a que las situaciones de emergencia superen toda acción a posteriori.

5. Nosotros, como personas, como grupos y como ciudadanía comprometida, somos una pieza clave para presionar y dar un vuelco a este déficit político y social. La militancia de base en las organizaciones vecinales y solidarias constituyen una movilización colectiva, que es la base de todos los cambios sociales. También los movimientos sociales especializados y los sindicatos de clase representan un cúmulo de energía activa para generar avances determinantes en la transformación social.

6. Los partidos políticos del arco parlamentario mantienen un nivel de confrontación infructuoso para crear consensos mínimos que den respuesta a los desafíos actuales. Es imperioso promover una conciencia social en todos ellos que les permita poner en primer lugar la solidaridad, la superación de la desigualdad, la justicia fiscal y unas políticas públicas eficientes para sostener un proyecto de país democrático y de derechos sociales básicos. Con todo, el actual gobierno de coalición ha logrado sacar adelante unos nuevos Presupuestos, que suponen un paso decisivo para mejorar la calidad de vida de la población, junto con otras medidas sociales, que, aunque insuficientes, abren un nuevo tiempo de esperanza para las clases populares.

7. Pedimos a la Iglesia española, que, en seguimiento fiel al Papa Francisco, se implique en la defensa de los pobres, de los mayores, de los inmigrantes, en lugar de continuar con la lucha por los privilegios del pasado y de las clases dominantes. Su testimonio en ese caso favorecería la concordia y la justicia social y tendría coherencia para solicitar a la clase política una conducta similar. Pero, en nuestro caso, por encima de todo, debemos mostrar nuestra plena disponibilidad para el compromiso con la causa de Jesús, pues su venida entre nosotros es la prueba definitiva de que cambiar el mundo para construir una nueva humanidad y una sociedad fraterna es la misión, inspirada por nuestra fe.

POR: Redes Cristianas