OPINIÓN: La afición no se merece esta agonía

La situación actual del Badajoz parecía que no podía empeorar más, pero es que cada día sale algo nuevo. En sí es un despropósito por todos lados. Ahora esto se ha convertido en una lucha de egos, donde aquí cada uno dice lo que más le interesa. Ahora mismo lo que menos interesa es el club, cada protagonista solo mira por quedar bien.

Hay que recordar que todo esto nace a partir de que detienen a Joaquín Parra. Desde ese 27 de julio de 2021, todo es un despropósito en Badajoz. Han pasado dos propiedades distintas, ninguna ha dado la talla ni ha estado a la altura de esta entidad. Se sabe de sobra que un empresario cuando viene a un sitio viene a hacer negocio, eso está claro, pero otra cosa es realizar la mala gestión que han realizado y están realizando.

ASPECTO DEPORTIVO

En lo deportivo todo ha sido un desastre. La temporada 21/22 se salvó, aunque ya fue un chasco no meterse en playoff de ascenso. Lo cierto es que a partir de ahí han venido dos descensos seguidos quedando al equipo en 3º RFEF, la quinta categoría del fútbol español. Por la ciudad pacense han pasado multitud de entrenadores y ninguno ha acabado la temporada desde Marrero. Lo mismo podemos decir de muchos jugadores, algunos que han pasado por el club sin pena ni gloria y su actitud no ha sido digna de lo que es el Badajoz.

Lo que más puede molestar entre la afición es el nivel de algunos jugadores. Vienen futbolistas que no dan la talla o muchos fuera de forma. Muchos no merecen llevar la blanquinegra. Durante estos años se han dado multitud de casos, que esto también viene por la falta de preparación y la mala gestión del equipo desde la dirección técnica, donde ha habido personas que no tenían ni idea del mercado.

Por otra parte, está la deuda, que no se sabe a ciencia cierta cuánto es en concreto, pues cada uno dice una cosa. Transparencia hace mucho tiempo que no la hay. Muchos estamentos del club ya no son como lo era antes, apenas queda gente de la casa dentro del mismo.

PUNTO DE VISTA DEL AFICIONADO

Desde el punto de vista del aficionado da mucha pena ver la situación del equipo desde fuera y saber que no se puede hacer nada. Todos sabíamos que después de aquel maldito 21 de mayo de 2021 iba a ser difícil volver, pero nadie se imaginaba todo lo que ha pasado, está pasando y pasará. Cada vez queda más claro ese grito de la afición de ‘Badajoz somos nosotros’, lo malo es que está en las manos equivocadas.

El aspecto negativo de todo esto es ver cómo hemos pasado de la gloria al fracaso en menos de cuatro años. Estábamos en la tercera categoría del fútbol español y hemos pasado a la quinta. Además, ahora mismo sin estar en playoff.

No creo que en esta situación haya buenos y malos, porque como cita el dicho, ‘ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos’. Todos han contribuido poco o mucho en el hundimiento del barco. Quien sigue el club en su día a día sabe de sobra lo que hay. También sabe que la situación es muy complicada y esto ya se ha vivido aquí hace poco más de una década.

Hay parte de la afición que se aferra a todo, pero esa sensación de abatimiento cada vez está surgiendo más en el Nuevo Vivero, donde las entradas están siendo pésimas en los últimos partidos. La gente está cansada. Todas las semanas hay algo. No niego que la afición pacense es muy exigente y puede que a veces no ayude, pero hay que pensar que llevan muchos palos a lo largo de estos cuatro años. Es muy normal que no se fíen de nada ni de nadie.

Hay gente que da la vida por el club. Siempre he dicho que la afición del Badajoz son unos ‘locos de la cabeza’ en el buen sentido de la palabra. Han ido más de 2.000 almas a Córdoba en la última jornada, sabiendo lo que podía pasar. Han estado dando dinero de su bolsillo cuando la situación era complicada para el pago del día a día del club. Han ido a entrenamientos a puerta abierta para apoyar a los jugadores, a pesar de la situación deportiva. En definitiva, hacen lo que sea por el blanco y negro.

Por tanto, lo que queda claro es que la afición no se merece esta agonía, porque la situación del Badajoz actualmente es la de un paciente en paliativos: su recuperación sería un milagro y su familia está sufriendo por todo ello.