OPINIÓN: Que escuchen a los jóvenes
“Me iré a Madrid”, o cambia “Madrid” por cualquier otra gran ciudad española, o incluso por otro país. Esta es una frase que oyen los jóvenes constantemente cuando se trata de dar el paso a la vida adulta. Una vida que parece que aquí no tiene cabida, y mira que la región es extensa.
Extremadura no atrae a los jóvenes para que labren su futuro aquí. La región se considera poco preparada para acoger las necesidades de los jóvenes cuando dan el paso y terminan sus estudios. Impera la ausencia de empleos para los miles de cualificados que salen cada caño de los centros universitarios de la región, así como de estudios complementarios superiores que de verdad atraigan a los estudiantes a seguir formándose.
Y Extremadura solo tiene que hacer una cosa, escuchar. Los jóvenes están hablando, deciden marcharse de la región, están expresando su disconformidad. Y aquellos que se quedan aquí, porque aman su tierra y quieren que su futuro se fragüe en ella, están pidiendo a gritos que se confíe en ellos. Que se les dé la oportunidad de aportar a la región y construir juntos. No que se les aparte en las instituciones, que se les dé poca voz y limitadas opciones de contribuir con su profesión.
Están pidiendo que se les ayude a moverse, a irse de casa y poder alquilar una vivienda en su ciudad, sin tener que, para ello, sacrificarse en un trabajo precario o tener unas condiciones de vida limitadas. Condiciones que parecen obligatorias para tener una vida algo digna.
Los jóvenes quieren dirigirse a todos los responsables de la región, piden que se les mire, que se les escuche y que se les atienda, porque son el futuro de la región, el sustento de la tierra que día a día todos pisan. Sin ellos y sin su aportación, la región está destinada a perderse, a no tener un rumbo. Dejar escapar el potencial y el talento de estos jóvenes, es dar prestado algo fundamental, parte del “oro” de la región para el crecimiento de todos.
Hagan algo, y construyan aquí un futuro para ellos, un futuro para Extremadura.