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OPINIÓN: Réquiem por el ganadero extremeño

Tomás Cortés Sánchez

18 de Octubre de 2023

OPINIÓN: Réquiem por el ganadero extremeño

 

El sector primario en Extremadura tiene un peso muy alto en la economía de nuestra región y me fijaré en el sector ganadero y en la importancia del bovino de carne, (aunque los del sector porcino y ovino tienen los mismos problemas) que es germen del desarrollo económico en nuestras dehesas. La importancia de este en el ecosistema hace que nuestra región tenga un ecosistema único y más si tenemos en cuenta eso que ahora denominan como sostenible. 

 

Extremadura es la segunda región productora de carne tras Galicia según los datos del MAPA, pero claro que hay que tener en cuenta que Galicia tiene una importante industria lechera que provoca que tenga una alta producción de carne. 

 

Debe estimarse por tanto una alta significación de los productores de carne en sistema extensivo en el peso de la economía regional. 

 

Sin embargo, el sector pierde anualmente fuerza, tanto por la falta de relevo generacional, como por la creciente burocratización, y las trabas administrativas, pero es que encima a este sector le vienen cayendo últimamente collejas, y golpes que están afectando a su viabilidad e hiriendo de muerte. 

 

Me explico mejor, en la pandemia (que fue el año 2020) los precios de la carne bajaron hasta los máximos, tan solo se salvó el pollo, y el cerdo blanco, tras un 2021 de recuperación se inició un 2022 con la guerra de Ucrania, lo que implicó un alza en los productos derivados del petróleo que, combinado con el cierre del grano de Ucrania, provocó un alza tremenda en los cereales, con lo que los ganaderos de bovino trabajaron en muchas de las explotaciones a pérdidas. 

 

Cuando una explotación ganadera incurre en pérdidas las suele hacer frente con recursos propios, es decir con los ahorros del ganadero, ahora bien, recordemos que veníamos de un año muy cruel. Por tanto, muchos de esos ganaderos recurrieron al endeudamiento, (y hay que dar gracias a esas entidades financieras que prestan ese dinero para que el sector ganadero siga con vida) cuando se recurre al endeudamiento se incurre en otro gasto adicional para la explotación. 

 

Nuestro ganadero impasible al desaliento continúa con su apuesta de calidad sobre los animales a pesar de todas las trabas que se encuentra en el camino. 

 

Entonces llega este año 2023 primero con inundaciones en unas partes de nuestra región y continúa con una sequía tremenda, tanto que el periodo de incendios ha sido uno de los más largos de la historia. 

 

Tremendo ¿verdad?, pues no, no para aquí, entonces tenemos una nueva derivada en esta ecuación caótica, entra un mosquito. 

 

Un mosquito que transmite un virus, que se cepilla a gran parte de los ungulados, más en concreto a los ciervos, bovinos, los golpea de forma frontal causando una mortalidad importante, para la que no están preparados nuestros ganaderos. 

 

Poco se ha investigado sobre este virus conocido como EHE Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, no debe tener importancia para nuestros diputados regionales, que yo sepa hay una fundación (ARTEMISAN) que ha hecho un interesante estudio, pero claro al ser una fundación es privado y supongo que por eso no debe darse notoriedad a ese estudio. 

 

Esta nueva enfermedad ha golpeado al ganadero de forma frontal en su deteriorado bolsillo, cerrándose explotaciones, y enviando un gran número de vacas al matadero antes de sufrir más pérdidas. Ganaderos que prefieren ser asalariados antes de continuar con una quimera, con la duda de poder afrontar una campaña más. 

 

Ganaderos que son trabajadores, con la cara curtida por el viento, las manos agrietadas llenas de callos, las espaldas dobladas de cargar sacos para alimentar su ganado, acostumbrados a las inclemencias del tiempo, no temen al agua, ni al viento, son amigos de los rayos y enemigos de los burócratas, gente de palabra seria, recia, dura, leal, no tienen doblez, forman parte de un colectivo tremendamente honesto, decente, digno, integro, de aquellos que venden la camisa que tienen puesta aunque este nevando para saldar una deuda. De esos que no tienen sábados, ni domingos, que los festivos los cuentan con los dedos de una mano. Tan solo la fiesta de su virgen de aquella a la que se encomiendan para que los proteja a ellos y a sus animales. 

 

Son esas gentes que (como dice el poema de Gabriel y Galán el ganadero) “con las alondras madruga y con las gallinas se acuestan”, recios pero amables, ciertos, rectos, honrados, humildes, de aquellos en los que la soberbia no entra en su cuerpo, pues no se la pueden permitir, quizás tan solo cuando compiten con otros ganaderos y ganan algún premio en alguna feria de ganado, tienen su subida de orgullo, que para ellos representa el resultado del trabajo de mucho tiempo. Que su ganado come todos los días, que a pesar de que un año sea malo tienen que prepararse para la siguiente campaña. 

 

Resulta curioso como cuando se habla de un vaquero estadounidense se hace con cierto halo de gloria, de libertad, de nobleza, pero si nos referimos a un vaquero español lo que se imagina la sociedad es una persona inculta, pobre, zafia y sucia. 

 

Conozco ganaderos que están sin dientes en su boca pues el dinero lo emplean en soportar los excesos de precio del cereal necesario para sus animales, ganaderos con coches que ya no pagan el impuesto de matriculación pues el vehículo que utilizan tiene más de veinticinco años. 

 

Bueno pues esa es la clase de gente que aporta carne a nuestra mesa. Son aquellos que en vez de verse aplaudidos o reconocidos, son vilipendiados por los animalistas que los acusan de maltrato, imponiendo unas normas cada vez más absurdas, pues a ese colectivo le parece más ético regular una actividad con sus escasos conocimientos que dejar que esos profesionales mejoren sus explotaciones. 

 

Uno de los cánceres de este sector es la burocratización, a mi modo de ver son muchos de los políticos los que influyen de forma directa en el sector.  

 

La ley de Parkinson afirma que el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine en burocracia está motivado por dos factores. 

 

  • Un funcionario quiere multiplicar subordinados no rivales 
  • Los funcionarios se crean trabajo unos a otros. 

 

Este grupo de políticos debería velar por el sector ganadero que aporta tanto a nuestra economía, en vez de apretar la ya exhausta vida de este sector.  

 

Había un ganadero que me decía, yo no quiero ayudas, no me interesan subvenciones ni ayudas de ADS, que no me den préstamos a interés preferente, no, que aparten sus manos de mi explotación, tan solo quiero que no me cobren tanto, que no me fiscalicen, que no me multen por tener más de dos perros. 

 

La próxima vez que ponga un filete de ternera en su casa piense en que representa el orgullo de un ganadero por escoger su producto. 

 

Tan solo pido a nuestros representantes políticos que ayuden a este sector representadas por pequeñas explotaciones o microempresas, pues pocas fuerzas son las que le quedan, es el caso de la armada invencible que no estaba preparada para luchar contra los elementos. 

  

"Cuando el toro brama, el becerro se aparta". Refrán ganadero.