OPINIÓN: Sergio Sánchez... Torero
22 de Septiembre de 2022
Dicen, quienes conocen el mundo este de "Los Toros”, que, en determinadas capas de la atmósfera, se encuentra una especie de gas venenoso y circulante, que llega a poseer a determinadas almas llenas de ambiciones e ilusión... Y cuentan, que quiénes los aspiran, serán toreros...Terminan siendo toreros...Toreros de esos que permanecen luego mucho tiempo en la memoria sentimental de los aficionados. Es el veneno de los toros.
Alguna de estas rachas de aire debió soplar un día por el barrio pacense de San Roque, que hizo que S. Sánchez, parezca ese nuevo talento torero que empieza a irrumpir en Badajoz.
La primera vez que vi a S. Sánchez torear, fue en una de esas clases prácticas que la Escuela de Tauromaquia de la Diputación celebró en Entrín Bajo, allá por 2018.
No tenía el torero más allá de catorce años... ¡Y mira que estuvo poco afortunado aquel día!
Aquel despotismo adolescente de perderle continuamente la cara al toro, haría que su maestro, consciente de la poesía que atesoraba el chico, de forma terminante le recordara está imprudencia.
Algunos, detrás de aquella dejadez, observamos su sangre fría, la confianza en sus posibilidades, y en aquellos primeros lances juveniles, creímos adivinar el concepto puro que algún día iba a calar en los aficionados.
Poco a poco, el magisterio de sus maestros, fue haciendo su trabajo. La actitud, la técnica y el oficio fueron cuajando en el torero.
El saber colocar el toro en suerte sin ese sentido de la precipitación juvenil tan habitual, el saber sobreponerse a la mala suerte hicieron efecto en poco tiempo de tal manera, que aquellas palabras del maestro Ruíz Miguel..."Cuando veo torear a Sergio, no veo a un alumno que aprende, veo a un torero hecho", se han hecho nuestras.
Sergio Sánchez no es un alumno cualquiera, Sergio atesora cualidades únicas que transcienden rápido a los tendidos.
¡Tiene estilo el chico este, eh! murmuran.
En Andalucía parecen conocerlo mejor que sus paisanos.
Su salida de la Escuela está próxima y con ella, el invierno frío que se apodera de los novilleros nuevos... Alguien, con la filantropía de las buenas gentes, que las hay, alguien que confíe en sus posibilidades, debiera conducir pedagógicamente ese incierto camino, que, en los momentos actuales, se hace tan dificultoso... Y que Sergio Sánchez pueda iniciar una trayectoria que haga honor a esa torería que tan claramente atesora.
Suerte torero.