OPINIÓN: Último intento de Alberto González por atribuirse el mérito de aprobación de la bandera de Badajoz
A la vista del último intento, faltando a la verdad de atribución del mérito de la que ya hace más de un año fue la aprobación de la que se ha convertido en la bandera oficial de la ciudad de Badajoz, y de nuevo protagonizada por el cronista oficial de la ciudad, Alberto González, se hace necesario aclarar esta cuestión de una vez por todas y desmentir cualquier manifestación o insinuación por parte de dicho cronista de atribuirse lo que no le corresponde de cara a la ciudadanía y así poner de manifiesto las intenciones rayanas en el egocentrismo de alguien obligado éticamente a ser veraz en lo histórico y en difundir la verdad de los hechos, y que al parecer, no acaba de entender y asumir que no desempeñó papel de ningún tipo en el proceso de creación y aprobación de la Bandera de Badajoz, ni como asesor, ni como miembro de la comisión y mucho menos como recopilador de los hechos reales debidos por un cronista que se precie de serlo. Veamos en que ha consistido este último intento.
Este martes 5 de noviembre de 2024 en el salón de actos de la Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País, Alberto González Rodríguez presentó su última reedición de su libro Historia de Badajoz, quinta edición que mantiene íntegro el cuerpo de las demás ediciones y solo añade unas páginas al final de la obra bajo el epígrafe “actualización a 2024”, donde hace un breve y puntual recorrido por lo que a su entender ha sido importante en estos últimos seis años desde la edición anterior. Precisamente el último párrafo de la obra lo dedica a la bandera aprobada para la ciudad de Badajoz, siendo dicho párrafo el siguiente: “culminando la propuesta planteada inicialmente a partir de 2005 por los Cronistas Oficiales de la Ciudad y la Asociación Amigos de Badajoz, defendida con insistencia por su Presidente, Manuel Márquez, que presentaron sendos modelos y posteriormente por diversos colectivos cívicos que surgieron nuevos diseños, en 2023 se creó oficialmente la bandera de Badajoz, compuesta por una enseña de fondo carmesí, león rampante amarillo, y columna sobre ondas de igual color, alusivas al rio Guadiana.” Ya de entrada dice que las ondas de agua son de “igual color”, es decir, del mismo color que el león, amarillo, cuando en realidad son de plata (blancas). De la lectura de dicho párrafo se deduce claramente que el cronista da a entender que el resultado final de aprobación de la bandera de Badajoz fue el culmen de la propuesta que plantearon los cronistas en 2005 (cuando dice cronistas en plural se está refiriendo a él y a Pedro Cordero Alvarado). Esto es rotundamente falso, y es fácil demostrar la falsedad de tal insinuación del autor de la Historia de Badajoz.
De las doce propuestas que se habían presentado desde 2005, Alberto González presento dos versiones y Pedro Cordero una. Tanto unas como la otra estaban mal diseñadas y no respondían a las normas básicas de la heráldica y la vexilología y, por tanto, fueron totalmente descartadas, por lo que ya desde un principio es imposible que la bandera de Badajoz aprobada fuera el culmen de las que proponían los cronistas. El modelo consensuado es el que presento Miguel Calvo Verdú, el que suscribe, al cual se decidió por parte de los miembros de la Comisión añadirle las tres ondas de agua representativas del Guadiana. Alberto González lo sabe bien, ya que estuvo brevemente presente en la primera reunión de la Comisión, pero una vez que su propuesta no salió adelante, desistió de seguir en dicha Comisión y se dedicó, triste e inapropiadamente a atacar el trabajo serio de los que pusimos todo el empeño en sacar un modelo consensuado afirmando que simplemente “pasábamos por allí”, en claro tono despectivo. De todo ello da fe fehaciente el expediente íntegro que obra en el Ayuntamiento, incluidas las actas de todas las reuniones de la Comisión. Él pretende hablar ex cátedra, aun estando equivocado, y persiste una y otra vez en sus errores como, por ejemplo, en esta quinta edición volver a afirmar al igual que en la edición anterior y en la misma página 149 y primer párrafo, que “el color carmesí era el propio del Reino de León”, (el reino de León jamás uso color carmesí, sino blanco, siendo el carmesí el color propio de Castilla) lo que da a entender que no ha revisado el texto y los posibles errores (que los hay y bastantes), sino que se ha limitado a añadir unas pocas páginas haciendo una relación puntual de datos sin más. Persistir en el error no es serio y mucho menos si dicha persistencia proviene de un cronista que como dijo en su discurso cuando se le nombró cronista que el cronista se debe “al pueblo y a la historia”, y una historia que falte a la verdad, no es historia, es simplemente un bulo y un falseamiento de esa misma historia.
Quizás en algún momento Alberto González recapacite y de una vez por todas proporcione datos reales, fehacientes y contrastados, y no falseados y con una clara intención de atribuirse lo que no le corresponde. Solo y únicamente les corresponde el mérito de la Bandera de Badajoz a los que formaron parte de la misma y la historia de la ciudad, así debe reconocerlo y el primero el cronista oficial de la ciudad, Alberto González.