OPINIÓN: Un desafortunado cartel de Semana Santa
Un cartel de Semana Santa que, en teoría, debería representar algún aspecto de la Semana Santa, en este caso sevillana, una semana que conmemora la pasión y muerte de Jesucristo, rematada por la resurrección como colofón a esa pasión.
Un pintor, de mucho prestigio, pero sin embargo poco conocedor del alma sevillana, de cómo vive ese tiempo el sevillano y la sevillana, queriendo imponer una nueva visión de la esencia cofradiera a su gusto y con sus criterios surrealistas, realistas o pseudoinnovadores, (llámese el estilo como se quiera) y encima con su hijo como protagonista, para darle caché, supongo.
Las fiestas que identifican al colectivo vecinal de un municipio no son de los políticos, ni de los presidentes de un Consejo o Asociación o Agrupación de Cofradías, ellos pueden organizarlas, si, pero son de la ciudad y a la ciudad deben el máximo respeto en sus creencias y en su forma de vivir sus celebraciones. ¿Que el cartel iba a hacer saltar las críticas de los sevillanos? Eso ya lo sabia el presidente del Consejo Cofrade y seguro que se frota las manos por la polémica.
No hay nada como una buena polémica para reservarse el protagonismo de un hito, en este caso desafortunado, en la historia de las Hermandades y Cofradías de Sevilla. El cartel pasara a la historia, si, pero no será por lo que en ningún caso debería representar.
Las opiniones han sido variopintas y dispares, y algún colega del pintor, falto de información llega a afirmar a propósito de las opiniones sobre que el modelo parece afeminado, que hasta el mismo Papa Francisco a bendecido las uniones homosexuales para justificarlo, lo que demuestra una supina ignorancia, ya que el Papa Francisco no a bendecido tales uniones.
Lo que Francisco ha dicho es que se puede impartir la bendición a los homosexuales como hijos de Dios que son igualmente, pero no a las uniones. A ver si comprendemos bien al leer e interpretar.
Se ha comentado que por manifestarse opiniones sobre la apariencia afeminada del modelo se está cayendo en la homofobia, lo que viene a demostrar que, una vez más, todo lo que no sea opinión favorable es homofobia o machismo o racismo. Existe la libertad de opinión y expresión y su límite acaba donde empieza la opinión del otro, por lo que tan válida es la opinión del uno como la del otro, todo desde el respeto. El sentimiento antireligioso por convicción atea particular, no justifica un ataque continuo a las creencias y a las manifestaciones de esas creencias.
A algunos les parecerá que los que viven la Semana Santa intensamente expresado en sus formas y sus características peculiares y particulares de cada lugar, es algo caduco, de tiempos pasados, rancio, idólatra, etc., pero no entienden que para muchas personas es su forma de creer en la divinidad, a través de sus manifestaciones icónicas, sus imágenes, sus escenas de la pasión y, por tanto, se le debe el máximo respeto. No soy yo uno de ellos, aún siendo teólogo, pero si lo he percibido como sevillano toda mi vida, y se lo que he visto y lo que se siente.
El sevillano y la sevillana de a pie quiere vivir su Semana Santa y que nadie pseudoinnovador venga a meter la mano. Que no le toquen su Semana Santa, y omo ciudadano de Sevilla tiene todo el derecho a manifestarse en contra de un cartel que ni lo percibe como símbolo de su semana de pasión, ni representativo de ella. ¿Lícitas las opiniones contrarias? Por su puesto, pero no por ello harán cambiar la opinión del sevillano y del sevillano “capillita” como algún escritor así los llama.
Sevilla es Semana Santa y Feria de abril, al igual que Badajoz es Carnaval y también Semana Santa, y en ellas se identifican sus ciudadanos, son sus manifestaciones culturales y religiosas, y a ellos se les debe un respeto en la representación de su sentir y vivir sus fiestas, y los que tienen la autoridad para ello, deben garantizar ese respeto.
Un triste cartel para la historia de la Semana Santa de Sevilla que lo único que ha conseguido es levantar quejas, polémicas, debates, pero, en ningún caso, digan lo que digan las opiniones contrarias, representa en absoluto a la Semana Santa sevillana. Un cartel para el olvido, sin lugar a dudas.