¿Sufren más estrés las mujeres en Navidad?
La Navidad es sinónimo de reuniones familiares, deliciosas comidas, regalos y villancicos. Sin embargo, cumplir con la tradición exige un esfuerzo extra de trabajo y energía: decidir los menús y el número de invitados, comprar los alimentos y cocinarlos, limpiar y decorar la casa, comprar los regalos adecuados para familiares y amigos y envolverlos con decoraciones atractivas. Es un trabajo invisible pero muy intenso, una responsabilidad que convierte esas fechas en un periodo de mucha carga mental, en especial para las mujeres.
Francesc Núñez, sociólogo y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que este fenómeno está profundamente enraizado en nuestras normas culturales y tradiciones. "Los roles que jugamos en la vida son la encarnación de las instituciones sociales. Actuamos y sentimos de acuerdo con lo que esos roles esperan de nosotros, y en Navidad, una tradición todavía bastante sólida, este peso se acentúa", señala.
Por su parte, Maria Olivella, coordinadora de la Unidad de Igualdad de la UOC, sostiene que "la carga mental es una de las dimensiones del trabajo reproductivo. Es un trabajo muy intangible, muy invisibilizado, pero importantísimo, como cualquier trabajo reproductivo, imprescindible para garantizar la vida de las personas y para la vida social", y afirma que "algunas —o muchas— mujeres tienen miedo de estos espacios vacacionales, como la Navidad o el verano, porque para unas son vacaciones, pero para otras es mucho trabajo logístico, de gestión de relaciones personales, y ven cómo otros miembros de la familia, normalmente los que tienen un rol masculino, tienen realmente vacaciones".
Las mujeres suelen asumir la mayor parte de las tareas que garantizan el éxito de las festividades. Es una carga que va más allá de las tareas físicas y se traduce en un esfuerzo constante de planificación y responsabilidad emocional. Según una encuesta realizada por Procter & Gamble en España a casi 2.500 personas hace un lustro, tres de cada cuatro mujeres sufren carga mental, aunque casi la mitad, un 44 % de ellas, desconoce el concepto, mientras que solo el 12 % de los hombres la padece.
También un estudio a escala europea realizado en 2023 arrojó datos contundentes sobre la desproporción de las tareas familiares que llevan a cabo las mujeres y las consecuencias que estas tienen para su salud mental y física. El 9,5 % de las mujeres reportaron altos niveles de conflicto entre su carga de trabajo laboral y familiar, comparado con el 6,5 % de los hombres. En cuanto a tareas de carga cognitiva, el 26 % de las mujeres indicó que habitualmente o siempre son las responsables de organizar actividades sociales conjuntas, en comparación con el 19 % de los hombres. Las decisiones rutinarias de compras recaen mayoritariamente en un 55 % de las mujeres, frente al 44 % de los hombres.
Este sobreesfuerzo y carga mental desproporcionada se traducen en agotamiento antes de afrontar las tareas laborales, conflictos familiares, dificultades en la progresión laboral de las mujeres y, potencialmente, ansiedad y depresión.
“Es importante visibilizar estas tareas, considerarlas como tales y repartirlas, aunque sea difícil a veces desprenderse de ellas porque están íntimamente asociadas con el rol de género femenino”
Romper con los roles tradicionales y propuestas para aliviar la carga mental
A pesar de que las sociedades actuales han evolucionado hacia modelos más flexibles, los roles de género siguen profundamente arraigados. Según Núñez, "no es fácil dejar de ser como la sociedad nos marca que debemos ser. Los roles son la objetivación de la vida social y, aunque cada vez menos, todavía necesitamos el reconocimiento social que estos proporcionan".
Los expertos abogan también por desarrollar políticas que equilibren la vida laboral y familiar, como horarios flexibles, servicios de cuidado cercanos y accesibles, y estrategias que valoren y compartan las tareas de cuidado en el ámbito doméstico, además de visibilizar la carga mental. "Hemos visibilizado parte del trabajo reproductivo, pero nos falta visibilizar y reconocer toda esta carga mental para entender que es trabajo y que genera mucho ruido en la cabeza de las mujeres", reclama Olivella. "Creo que tenemos que mirarlo también desde una perspectiva más interseccional y entender que hay grupos de mujeres que, por razones de clase, no tienen la capacidad de delegar esta carga mental", reflexiona la experta.
Redistribuir las responsabilidades familiares durante la Navidad puede ser un desafío, pero Núñez sugiere algunos pasos prácticos. El primero de ellos es promover una mirada crítica, identificar y cuestionar las dinámicas familiares tradicionales que perpetúan la desigualdad en el reparto de tareas. Además, hay que fomentar la empatía, hacer visible el esfuerzo que supone la organización navideña y compartir estas responsabilidades. Es necesario involucrar a todos los miembros de la familia y repartir las tareas para aliviar el estrés de quien suele asumir la mayor parte del trabajo. Como defiende Maria Olivella, "es importante visibilizar estas tareas, considerarlas como tales y repartirlas, aunque sea difícil a veces desprenderse de ellas porque están íntimamente asociadas con el rol de género femenino".