CARTAS AL DIRECTOR: Año nuevo lucha vieja

Recién estamos estrenando aún el nuevo año, pero a últimos de 2021 asistimos a la aprobación de la Ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de las pensiones.

A su vez, Congreso y Senado, nombre rimbombante, ocultan perdida adquisitiva para los y las actuales pensionistas, rebajas de ingresos a la caja de la Seguridad Social, y un ataque claro hacia los futuros y futuras pensionistas que verán endurecidas las condiciones para su acceso, así como la rebaja del importe a percibir.

Centrémonos en la garantía del poder adquisitivo, que nos han vendido como un gran logro tanto el Gobierno, como sindicatos y medios de difusión, voceros de ellos.

La subida que dicen, tiene trampa como ya estamos acostumbrados, en vez de usar el I.P.C. anual, que entre diciembre de 2020 a noviembre de 2021 ha sido del 5’5%, como se venía haciendo hasta la modificación de la reforma de Rajoy, inventan otro sistema de cálculo por el cual subirán el 2’5%, esto es, nos rebajan la pensión en un 3%.

Por tanto, la paga que nos corresponde por pérdida de poder adquisitivo del año 2021. Una vez descontada la subida a cuenta del 0’9%, sería del 4’6% sobre el total de lo cobrado en el año. Pero vamos a recibir, pues, el 1’6%. Con este gran truco de magia perderemos 378 euros, para una pensión de 900 euros mensuales.

Además, queda anulada la paga de recuperación del poder adquisitivo, así que viendo del buen ojo para el cálculo que han tenido en el 2021, donde previeron 0’9 y ha sido el 5’5, nos esperan años de recorte. (No contaron con la inflación del mes de diciembre un 1’6% más), que sumado al 5’5 nos vamos al 6’7% en el año 2021.

Falta la segunda parte de la trampa, la base para la subida del año 2022 tampoco contempla el índice del 5’5%. Por lo que la pérdida del 3% la soportaremos, mes tras mes, hasta que dejemos de cobrar.

Si esto es para una pensión de 900€, pensar en nuestras compañeras, viudas, con pensiones mínimas y los y las jóvenes pensionistas, de por sí penalizados por el sistema de subida porcentual, que beneficia al que más cobra y por tanto injusto.

Esto supone consolidar la pobreza de millones de pensionistas. La cuantía total del monto económico del I.P.C. anual debería repartirse entre todos los pensionistas linealmente, ya que el bien de consumo sube para todos por igual, la diferencia se agranda cada vez más entre las más bajas y las más altas. Y eso es injusto.

POR: Manuel Muñoz García-Luis

Jubilado (COESPE).