Apicultores extremeños reclamarán salvar al sector frente al Ministerio

¿Saben de dónde proviene la miel que compran? ¿Están seguros de que es miel? Preguntas como estas enfrentan al sector que vive uno de sus momentos más duros. Bajos precios y un etiquetaje sin claridad hacen que las producciones vayan mermando llevando a algunas a su desaparición.

En Extremadura, la apicultura cobra especial importancia en zonas rurales como Las Hurdes o Las Villuercas, sin embargo, a pesar de tener una de las mieles más ricas, compiten contra derivados de la miel importados de China o Turquía. A su vez, esto provoca que el precio de la miel extremeña cada vez sea más bajo.

En rueda de prensa, Asaja Extremadura, UPA y Coag han presentado una serie de medidas que llevarán a cabo para exigir al Gobierno de España y a la Unión Europea un empuje al sector. Entre estas peticiones, ninguna son ayudas económicas, sino medidas que pueden resolverse con voluntad política.

Para trasladarlas irán hasta Madrid el próximo 10 de marzo donde protestarán ante el Ministerio de Agricultura.

En Extremadura hay cerca de 675.000 colmenas y unos 1.700 apicultores. Ahora, la miel extremeña no está por encima de los 2,60 euros, mientras que hace apenas 3 años se encontraba en más de 3,5 euros.

MEDIDAS

El sector apícola, en lo relativo al mercado, solcita el desarrollo de medidas efectivas que reequilibren la cadena de valor de la miel y los productos apícolas que aseguren la sostenibilidad de las familias que viven de la apicultura.

También una revisión urgente de la política de acuerdos comerciales que garantice que la miel importada cumple con todos los requisitos productivos, sociales y medioambientales exigidos a un apicultor de nuestro país. Los productos apícolas, entre ellos la miel y el polen, no pueden ser utilizados como “moneda de cambio” en los acuerdos comerciales que se establezcan a nivel europeo.

En cuanto al etiquetado, las OPAS solicitan un etiquetado que incluya el listado de países de origen y el porcentaje de mezcla de cada uno. España ya reclamó a la Unión Europea que en el etiquetaje se indicara el porcentaje de miel que contiene cada recipiente y de qué país proviene. Una medida que fue rechazada por la Unión Europea, exigiendo las OPAS al Gobierno de España que continúe luchando por ella, pidiendo incluso que vayan a los tribunales europeos.

En materia de Sanidad consideran imprescindible la creación de un grupo de trabajo específico sobre Varroa que se reúna periódicamente a nivel estatal y mejore la coordinación entre las distintas administraciones en materia sanitaria, además de apoyar la investigación para el desarrollo de nuevos principios activos contra la Varroa.

Otro aspecto destacado es el relativo a la falta de espacio para asentamientos apícolas, pidiendo que se pueda valorar la utilización de espacios públicos para asentamientos apícolas, además de regular distancias mínimas entre colmenares, entre otras.

Respecto a la PAC, consideran “imprescindible” el mantenimiento y refuerzo del presupuesto estatal y de las distintas comunidades autónomas destinado a las ayudas al sector apícola.

Otro de los puntos incluidos es el relativo a la adaptación al cambio climático en el que se realicen análisis de la vulnerabilidad de la apicultura, la definición de sistemas de indicadores de impacto y medidas para reducir las vulnerabilidades detectadas.

Como séptimo punto se incluyen las especies invasoras y las depredadoras de las abejas y la necesidad de coordinar una estrategia nacional frente a estas amenazas. Por último, se considera necesario desarrollar una línea de seguro acorde con las necesidades del sector y vinculado a la apicultura.

El pasado año 2019 la región produjo cerca de 2,4 millones de kilos de miel, mientras que su nivel de producción podría ser tres veces más si la rentabilidad de la miel fuese justa.