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Asociaciones ecologistas proponen soluciones para la caza en Extremadura

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9 de Noviembre de 2020

Asociaciones ecologistas proponen soluciones para la caza en Extremadura

A finales de octubre se ha realizado una reunión virtual del grupo de trabajo para la reforma del reglamento de caza. Las asociaciones relacionadas con la defensa de la naturaleza activas en Extremadura (Adenex, AMUS, ANSER, DEMA, GRUS, Ecologistas en Acción de Extremadura, Ecologistas Extremadura, SEO/BirdLife y Sociedad Extremeña de Zoología) han asistido a través de su representante en la misma.

Confían en que la reforma del Reglamento de Caza no se base en "complacer las demandas de la Federación Extremeña de Caza para permitir una mayor presión cinegética sobre el jabalí y depredadores como el zorro". Afirman que el sector cinegético pretende hacer creer que más piezas abatidas por los cazadores serán la solución a la creciente proliferación de jabalíes y zorros que, afirman, sufre la región. "Sin embargo, se han publicado recientemente datos que demuestran lo contrario: nunca antes se habían cazado tantos jabalíes como ahora, ni tantos zorros y, sin embargo, siguen proliferando".

Las asociaciones de defensa de la naturaleza creen que los problemas están en la gestión cinegética y que una reforma del Reglamento de Caza "valiente y en profundidad", podría sentar las bases para un cambio duradero.

"Sin embargo, parte del sector cinegético no parece estar por la labor, por lo que cobra suma importancia que la Junta tenga el criterio técnico independiente de los intereses cinegéticos que se precisa. La evolución de los números de la caza contradicen claramente las afirmaciones del sector de que la solución a la sobrepoblación de jabalíes es cazar más ejemplares. Ya se cazan muchos cada año y no paran de subir. La explicación está en que desde hace también décadas, cada vez más cotos de caza mayor aportan alimentación suplementaria a ciervos y jabalíes, especialmente en los veranos más duros y antes de cada temporada de caza, para lograr trofeos más valiosos. Esta interferencia humana en los límites naturales de las poblaciones de ciervos y jabalíes explica muy bien esa sobrepoblación persistente, además de otros aspectos como el acceso que también tienen al alimento del ganado en muchas fincas".

En este sentido, los representantes de las asociaciones de defensa de la naturaleza han solicitado que el Reglamento de Caza no permita la alimentación suplementaria de las especies cinegéticas, para no empeorar el problema de su sobrepoblación y que establezca controles y sanciones para evitar el acceso de las especies cinegéticas al alimento del ganado.

Además, la modalidad de caza de jabalí al salto, que la Federación de Caza pide incluir en esta reforma del Reglamento como una modalidad permitida en todos los terrenos de caza menor, "es un peligro para la seguridad de las personas, especialmente de los propios cazadores, pero también de las que puedan estar en las inmediaciones de los cotos de caza menor, disfrutando también de la naturaleza. Permitir que cuadrillas de caza menor recorran estos terrenos armados con balas y rifles, para disparar al salto a los jabalíes, es una temeridad. Y extender estas modalidades más allá de los periodos usuales de caza, para combatir esas sobrepoblaciones, un riesgo para todos, además de innecesario".

Desde los colectivos ambientalistas se manifiesta su preocupación por los graves accidentes de caza que se vienen sucediendo y provocaron la muerte de 51 personas en España desde Enero al 6 de Septiembre de 2020. Por eso creen que, para definir esta nueva modalidad de caza, debe primar la seguridad de las personas y se deben vigilar más las acciones de caza para prevenir accidentes.

REFORMA DEL REGLAMENTO DE CAZA

Las ONGs consideran necesario un cambio sustancial en la forma de gestionar la caza que evite problemas de bajadas de las poblacionales de las especies cinegéticas hasta niveles que la hagan inviable -como ocurre con buena parte de las especies de caza menor-, el malestar social, el daño a especies protegidas y, especialmente, accidentes con peligro para la integridad física de las personas y, por ello, han presentado un escrito con varias peticiones para reformas del reglamento de caza.

Han solicitado que el arruí, una especie exótica de carácter invasor, deje de ser cinegética en Extremadura y dejen de homologarse sus trofeos. Afirman que esa situación no favorece el interés general en lograr su erradicación, fomentando que siga siendo gestionada y cazada como cualquier otra especie cinegética.

También, que se limite el número de rehalas a 1 cada 50 hectáreas (en vez de por las 25 hectáreas propuestas en la reforma del reglamento). lo que permitiría usar 10 rehalas en cada 500 hectáreas (es decir, entre 150 y 200 perros, lo que ya constituye una cantidad muy grande de perros).

Por otro lado, solicitan que se prime el rececho frente a la montería, "pues esta, al conllevar la suelta de perros, puede afectar de forma negativa a especies protegidas o no cinegéticas que sean atacadas por los canes, y que los recechos se autoricen dentro de la temporada de caza después del celo del ciervo (la berrea) para permitir que los mejores machos se puedan reproducir".

Tampoco esta? de acuerdo con que se pueda matar al zorro en las monterías y batidas por el riesgo de confusión con especies protegidas como el lince ibérico.

Piden que, en la reforma del reglamento, se incluya, que no se podrán solicitar esperas por daños en aquellos cotos que suministren alimentación suplementaria.

Respecto a los organizadores profesionales de acciones colectivas que se quiere implantar, piden que se elimine la excepcionalidad para algunos cotos privados y para cotos sociales que se propone, "ya que el peligro es el mismo y, por tanto, es necesaria la formación y la profesionalización".

Del mismo modo, que se regulen reglamentariamente los días de fortuna cuando, por circunstancias climatológicas excepcionales, los animales tienen especial indefensión, "como es el caso de las graves sequías que se vienen sucediendo en la media veda de los dos últimos años, o en las zonas incendiadas, donde se pide que se prohíba el ejercicio dentro de ellas o en dirección a las mismas durante dos años después de un incendio".

Respecto a las acciones cinegéticas fuera de temporada, piden limitaciones reglamentarias concretas a las mismas, "ya que son generalizadas y son empleadas por algunas personas para cazar de forma furtiva y no permiten la tranquilidad necesaria para la reproducción de los animales silvestres". En este sentido, piden se recoja en el reglamento y se contemple un acompañamiento o seguimiento mayor por parte de agentes de medio natural.
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