¿Cómo es el cementerio donde Sánchez quiere llevar a Franco?

La familia de Francisco Franco Bahamonde desea que los restos del militar que imperó en España durante cuarenta años continúen sepultados en la basílica del valle de Cuelgamuros, y el Gobierno de Pedro Sánchez, que no lo quiere tener ni en el Valle de los Caídos ni en la catedral de la Almudena -en pleno centro de Madrid, a poquísimos metros del palacio real, frente a la plaza de Oriente, de rotundas connotaciones franquistas- le ha asignado tumba en un cementerio de las afueras: el de Mingorrubio, en El Pardo.

Pero no es un cementerio cualquiera. Pedro Sánchez quiere que Franco vuelva a estar con su mujer, Carmen Polo.

La nueva inhumación, a la que el Ejecutivo de Sánchez ha puesto fecha, el 10 de junio, salvo que la Justicia y/o las urnas lo impidan, se realizará en el panteón que la familia Franco tiene en el cementerio de Mingorrubio, en el distrito de El Pardo (San Lorenzo de Escorial - Madrid). En ese panteón familiar y privado están los restos de Carmen Polo. Y en ese mismo camposanto están enterradas numerosas figuras del régimen franquista, tanto militares como civiles.

En Mingorrubio se enterró a Luis Carrero Blanco, almirante y expresidente del Gobierno, con Franco de jefe del Estado, que fue asesinado por ETA.

También se encuentra en Mingorrubio la tumba de Carlos Arias Navarro, sucesor de Carrero en la presidencia del Gobierno, a caballo entre la dictadura y la predemocracia.

Además, en este recinto sepulcral de El Pardo están enterrados ministros del franquismo; altos militares muy militantes del régimen; familiares fieles a la causa franquista, como Francisco Franco Salgado-Araujo, primo y secretario del dictador; notables empresarios devotos del franquismo; profesionales que además de por su incuestionable capacidad técnica destacaron por su adhesión a los Principios del Movimiento Nacional; historiadores; algún que otro intelectual con popularidad y hasta el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo y parte de su familia.

Entre las tumbas destacan los panteones que cobijan algunos de los apellidos más sonoros durante los cuarenta años del régimen franquista.