El Ayuntamiento de Badajoz, condenado a limpiar su casa

El Ayuntamiento de Badajoz ha sido condenado a aplicarse a sí mismo lo que le exige a la ciudadanía y, por ello, a limpiar los solares de su propiedad.

La sentencia ha sido dictada por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 2 de Badajoz, ante el que se ha visto el recurso de la comunidad de propietarios del edificio Puente de Palmas 1, situado en la calle Lavanderas, número 1, junto al Gran Hotel Casino de Extremadura.

Los vecinos interpusieron un recurso contencioso administrativo contra la resolución tácita, por silencio administrativo, del Ayuntamiento pacense por la que se desestimaba su reclamación, del 11 de mayo de 2017, para que el Consistorio limpiase un solar de su propiedad existente junto al edificio habitado por los vecinos denunciantes.

VEINTIDÓS REQUERIMIENTOS

Hasta en 22 ocasiones pidieron los vecinos al Ayuntamiento que acondicionase su solar, sin obtener respuesta. Así que decidieron presentar el correspondiente recurso contencioso administrativo.

Según la sentencia, de la magistrada juez del Juzgado número dos, si las Ordenanzas Municipales obligan a particulares a vallar, limpiar y desbrozar sus solares, así como a realizar tareas preventivas contra incendios, el Ayuntamiento debe obligarse a sí mismo a hacerlo.

Lógica jurídica aplastante, que sonroja ver en una sentencia, pues confirma que si no todos los poderes públicos, si alguno, y si no en todos los casos, sí algunas veces, los políticos emplean con la ciudadanía la ley del embudo: la parte ancha para mí y la estrecha, para ti, algo que ni siquiera remotamente se sospechaba.

El ‘silencio administrativo’ le ha estallado al Ayuntamiento, y a los pacenses en general, en plena cara, pues la sentencia no sólo ampara la reclamación de la comunidad de propietarios denunciante, sino que obliga al Consistorio a limpiar los solares de su propiedad, algo que la ley ya exige, por otra parte.

DESDE EL AÑO 2014

La comunidad de propietarios del edificio Puerta Palmas 1 asegura que el mal estado de la parcela municipal colindante le causa problemas desde el año 2014.

Según la comunidad, ratas, se acumula maleza y basura y se instalan indigentes debido a que el solar no estar vallado.

Por todo ello solicitaron a la Justicia que obligase al Ayuntamiento a limpiar el solar, a desbrozarlo y a talar los árboles que fuera necesario para evitar incendios y su propagación, que se transportasen a vertedero los desperdicios resultantes de la limpieza, que se desratizase y se desinsectase con regularidad el solar y que se valle la parcela, para impedir el acceso a la misma.

Si el Ayuntamiento no realizase esos trabajos, los vecinos pedían en su denuncia que se ejecuten a costa de las arcas municipales.

Además solicitaban el reintegro de 2.145,68 euros, más los intereses legales y las costas procesales, por los gastos que los propios vecinos hicieron para desratizar el solar.

EL AYUNTAMIENTO DICE QUE NO PUEDE CON TODO

“El Ayuntamiento tiene que atender a muchas demandas como la presente y no siempre se puede satisfacer a todas ellas”, alegó la asesoría jurídica municipal, afirmando que el Consistorio sí ha realizados tareas de desratización y desinsectación.

Alegó también que, en vía administrativa, no se había reclamado jamás responsabilidad patrimonial para oponerse a la cantidad reclamada.

La juez reconoce como ajustadas a derecho las reclamaciones sobre limpieza, desinfección, vallado y demás de los vecinos, pero no les da la razón en la reclamación de la cantidad que gastaron en la limpieza de la parcela debido a que la comunidad de propietario no reclamó esa cantidad a través de la vía administrativa.

OTRO SILENCIO MUNICIPAL

Según el grupo municipal socialista, el equipo municipal de gobierno conoció la sentencia el día 23 de febrero, en la reunión de la Junta de Gobierno, “y la portavoz, María José Solana, se la ocultó a los periodistas en la posterior rueda de prensa”.

Para el Grupo Socialista, la sentencia demuestra que el equipo de gobierno no respeta a la ciudadanía y no es un ejemplo, pues incumple la normativa que, sin embargo, le exige a los vecinos.