El Baluarte Trinidad, otra víctima de la dejadez

Primero los restos arqueológicos de la Alcazaba y ahora el Baluarte de Triidad. El pasado mes de marzo la Asociación Cívica ya denunció el comienzo del declive de un espacio recién restaurado, apenas un mes después de su inauguración. Ahora que han pasado tres meses y medio "la situación se ha agravado".

Como en otras ocasiones, el diseño no fue pensado para un bajo mantenimiento en un entorno fácilmente "agredible" y como predijo la asociación, "los matorrales han invadido espacios que no invitan al paseo, y la explanada principal se ha convertido en un gigantesco pipicán".

Según denuncia la Asociación, los restos arqueológicos, como sucede con los de la Alcazaba, "están siendo ocultados por matorrales cuyas raíces penetran entre las piedras y acaban por erosionar en pocos años lo que durante siglos se ha mantenido".

La Cívica lamenta que "se ha perdido la oportunidad de poner en valor una parte importante de nuestro principal monumento invitando a su ocupación por los paseantes: sigue siendo un espacio aislado de la calle, donde, pasada la novedad, poca gente lo transita y toda la zona central ha sido ocupada por hierbas que crecen a buen ritmo sin que nadie las pise, siendo abonadas por los excrementos de perros ya que algunos usuarios con perro piensan que es el parque adecuado para que los canes hagan sus necesidades fisiológicas sin tener que recogerlas "total por aquí nos se va a meter nadie...".

Lo ideal para este colectivo sería que el interior del baluarte no hubiera quedado aislado del paso, como se planificó en un principio, la diferencia de cota y los muretes de separación "crean un alejamiento que evita una mayor penetración de público que ayudaría con su pisoteo a que no crecieran con tanta profusión hierbas y matojos en el interior".

No obstante, con las circunstancias actuales, comenta la Cívica, "se deberían realizar labores de mantenimiento asiduas, bien mediante corte manual o mecanizado de las matas o bien mediante el uso adecuado de herbicidas".

La Asociación insiste en que sería muy recomendable contar con unas "brigadas monumentales" que se encargaran de un repaso continuado de los monumentos de la ciudad, limpiando, manteniendo los pequeños desperfectos y eliminando las malas hierbas.