23 Noviembre 2024
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EMBALSES & ESQUÍ

Este es el estado de los embalses extremeños antes de finalizar septiembre

EMBALSES & ESQUÍ

25 de Septiembre de 2024

Este es el estado de los embalses extremeños antes de finalizar septiembre

 

Actualmente, los embalses de Extremadura están al 41,74% de su capacidad.
 

Por un lado, los cacereños alcanzan el 61,82%, mientras que en Badajoz están al 24,12%, lo que refleja una situación menos favorable.
 

Las lluvias recientes han mejorado algunas cuencas, pero Extremadura aún espera más precipitaciones para aliviar la escasez de agua en las zonas más afectadas.

 

LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS 

 

En los últimos cinco años, los embalses extremeños han experimentado fluctuaciones importantes en sus niveles, reflejando tanto las condiciones climáticas, como la creciente demanda de agua para la agricultura y el consumo.

 

Extremadura, una tierra de grandes ríos y embalses, como el de Alcántara o el de Orellana, ha sido testigo de cómo la sequía ha reducido los niveles a mínimos preocupantes, pero también de episodios de recuperación gracias a lluvias intensas en momentos clave. No obstante, el cambio climático ha hecho que las precipitaciones sean más irregulares, creando incertidumbre tanto para agricultores como para las comunidades locales.
 

NACIONAL


En el contexto nacional, la situación no ha sido muy diferente. En varias regiones de España, los embalses han llegado a niveles históricamente bajos, siendo las más afectadas la cuenca del Guadalquivir y del Segura. La gestión del agua en todo el país ha sido tema de debate, pues las sequías recurrentes y las olas de calor han exigido una mejor planificación y ahorro de recursos.


PRÓXIMOS MESES


Mirando al futuro, los meteorólogos predicen un otoño con lluvias moderadas, lo que podría ofrecer un respiro a los embalses extremeños. Sin embargo, los expertos insisten en que "debemos acostumbrarnos a un clima más impredecible, en el que tanto las sequías como las lluvias torrenciales serán más comunes".

Extremadura enfrenta estos desafíos con resiliencia. Sus campos, olivares y dehesas siguen siendo un testimonio de la fuerza y paciencia de sus gentes, quienes saben que, tras cada sequía, siempre llega la lluvia que renueva la esperanza y llena de nuevo los embalses que alimentan su alma y su historia.

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