La instalación de la azucarera en Mérida depende del coste de la electricidad

Los trámites administrativos para la construcción de la fábrica de azúcar en Mérida están listos, y la decisión final sobre su instalación en la capital de Extremadura depende del análisis que está realizando la empresa sobre el coste que le supondrá el suministro eléctrico.

El proyecto cuenta ya con la declaración de impacto ambiental y con la autorización ambiental integrada. Está solicitada la licencia municipal y la entidad promotora de la azucarera espera tenerla en los próximos días.

Además, se ha constituido la sociedad mercantil española Ibérica Sugar Company, con domicilio social y fiscal en Mérida, para continuar avanzando en el desarrollo del proyecto.

Tras completar los primeros trámites administrativos, “aún quedan cuestiones fundamentales que deben ser resueltas. Una de ellas es el modelo energético de la planta, para el que aún se están buscando soluciones viables. Hay que tener en cuenta que la regulación energética española encarece los costes de producción, lo cual podría suponer un obstáculo decisivo que impediría que el producto fabricado en España pudiera competir con las importaciones de otros países de la UE”, afirma el gabinete de comunicación Stratego en una nota informativa sobre el proyecto.

“En estos momentos se están analizando diversas las alternativas posibles para el suministro eléctrico con el marco regulatorio actual. En este sentido, la empresa agradece el apoyo de la Junta de Extremadura en las gestiones que se están haciendo a todos los niveles”.

La empresa sopesa dos posibles lugares de instalación de la fábrica, la ya mencionada de Mérida y otra en Gran Bretaña.

400 MILLONES Y 200 EMPLEOS DIRECTOS

La construcción de la fábrica conlleva una inversión que podría alcanzar los 400 millones de euros. La planta azucarera ocuparía un área de 59,3 hectáreas en el polígono industrial Expacio Mérida. Contaría con la tecnología y los procesos más avanzados y energéticamente eficientes del mundo y su capacidad de transformación podría llegar hasta los 5,4 millones de toneladas de remolacha al año, con las que se producirían unas 800.000 toneladas de azúcar blanca.

La fábrica podría generar unos 200 empleos directos, a los que se añadiría el empleo indirecto creado en la agricultura y en el sector del transporte.

España importa más de un millón de toneladas de azúcar al año, de modo que la fábrica extremeña permitiría sustituir las importaciones de azúcar por producto nacional, afirma el gabinete Stratego.

El objetivo es que tres cuartas partes de la superficie necesaria de cultivo de remolacha (varias decenas de miles de hectáreas) estén en Extremadura, añade la nota.

La empresaria Hassa Jamal Al-Ghurair, hija de Jamal Majid AlGhurair, fundador y director general de Al-Khaleej Sugar, propietaria de la mayor fábrica de azúcar del mundo, que está ubicada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) es la promotora del proyecto. La fábrica que tiene en los Emiratos produce cada año más de 1,5 millones de toneladas de azúcar, exportando el 80% de su producción a 48 países.

AGRADECIMIENTOS

La empresa agradece el esfuerzo y el compromiso tanto de la Junta de Extremadura como del Ayuntamiento de Mérida, por trabajar “de manera decidida para agilizar los trámites y facilitar la llegada de la empresa a la región”.

Durante los últimos meses se han mantenido conversaciones con los agricultores extremeños, que han mostrado su interés en contar con un cultivo rentable y alternativo a los que actualmente realizan. La empresa también les agradece su “colaboración imprescindible y su interés para que el proyecto pueda instalarse en España”.