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La parada cardiaca de un niño pone de relieve la conveniencia de tener desfibriladores

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5 de Junio de 2018

La parada cardiaca de un niño pone de relieve la conveniencia de tener desfibriladores

El paro cardiaco sufrido por un niño de 13 años en Talayuela (Cáceres) vuelve a poner de actualidad la conveniencia de instalar desfibriladores en los centros educativos extremeños.

El niño, que padece una disfunción cardiaca importante, estaba en el recreo y sufrió un desvanecimiento cuando se encontraba con otros compañeros en el instituto San Martín, del que es alumno. Fue evacuado y se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital materno infantil de Badajoz, al que fue trasladado en helicóptero. Según los últimos datos recabados por 7Dias, durante la mañana de este martes, el pequeño continúa en la UCI, en situación estable, y pendiente de evolución y de que se le realicen las pruebas pertinentes.

El desfibrilador es un aparato de uso sanitario que puede ser utilizado por personas con conocimientos básicos sobre primeros auxilios, aunque no tengan formación sanitaria profesional, que se utiliza para revertir con urgencia situaciones de paradas cardiorrespiratorias originadas por la fibrilación ventricular, cuando el corazón tiene actividad eléctrica pero no funcionamiento mecánica, no bombea sangre, o cuando se produce una taquicardia ventricular y la persona afectada no tiene pulso.

Se trata de un aparato electrónico, generalmente de poco tamaño, portátil, que cada día está más presente en lugares en los que se registran grandes concentraciones de personas.

Las paradas cardiorespiratorias son más frecuentes de lo que pudiera parecer y causan muertes que, en bastantes ocasiones, podrían haber sido evitadas.

En Extremadura hay un millar de desfibriladores. La gran mayoría de ellos se encuentran instalados en dependencias sanitarias. Un centenar están en ayuntamientos y otros lugares de gran afluencia público.

La administración regional pretende ampliar el número de desfibriladores existentes en la región mediante la aplicación de una normativa regional que establece como umbral de la obligatoriedad las 700 personas. Con este límite, sólo 45 centros educativos llegan o superan la ratio en la que es obligatorio tener desfibrilador. De esos 45 centros educativos, 32 están en la provincia de Badajoz y 13 en la de Cáceres.

El instituto San Martín, con unos 400 alumnos, está muy lejos de ese umbral mínimo de 700 personas.

FOTO: Archivo 

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