OPINIÓN: Franco despierta pasiones en el Ayuntamiento de Badajoz

Francisco Franco, Ferrol, 4 de diciembre de 1892- Madrid, 20 de noviembre de 1975, militar y dictador español. Jefe de Estado que aún estando en la tumba desde hace 44 años despierta pasiones en el Consistorio de Badajoz. Tema principal en un Pleno que, lejos de pensar en los ciudadanos, se tornó en un debate tenso entre el PSOE y VOX.

Juan Antonio Morales, asesor de Alejandro Vélez Ferreina y que con anterioridad, cabeza de lista de la formación de Abascal a la Asamblea, se jugaba su sueldo por “poner en valor el régimen dictatorial franquista y por estar condecorado por la Fundación Franco”, palabras del portavoz del PSOE que abogaba por suspender su sueldo como asesor pues, según su opinión, una institución democrática no puede pagar la nómina de Morales con los impuestos pacenses.

Morales no se quedará sin sueldo, porque la moción fue rechazada por el tripartito, como era de esperar, no obstante consiguió que durante 45 minutos de pleno -eternos- el tema principal fuera el “caballero de Franco” y el propio dictador, pasando por el abuelo de uno de los concejales socialistas, el alcalde de Alburquerque y como no, el “enchufe” socialista en la Diputación.

Un tema que se rizó de tal forma que si estuvieran exhumando a Franco en ese instante habría revivido y cogido un tren hasta Badajoz para aplaudirle a un Pleno que, si cabe, era irrisorio e irrespetuoso con la población.

Según el portavoz de la formación verde todo es cuestión de “poner en valor una parte de la historia de España que nos liberó del comunismo”, afirmación que, por supuesto, no fue bienvenida por la oposición que aún no sabían lo que se les venía encima.

Vélez arremetió una vez más contra la historia del socialismo en España esperando dar el golpe de gracia que les dejara fuera del partido, “no hablan nada de los responsables, ustedes, que provocaron que la mitad del pueblo español dijera basta ya de tanto atropello como se estaba viviendo en aquella época”.

“Votaría a favor de la moción si se completa la lista de franquistas a los que quitar el sueldo, empezando por el presidente de la Junta de Extremadura”, sentenció Vélez. La bancada se quedó patidifusa, un griterío llenó la sala y un malestar de tal magnitud que se diría que se estaba viviendo otra ‘Guerra Civil’.

Un Pleno que se convirtió en una batalla sucia, psicológica, que hace que un país supuestamente democrático se replantee en que época vive, cuales son los intereses de aquellas personas que salen elegidas, y que defienden en realidad, ¿sus propios intereses? ¿o los de Franco?