OPINIÓN: La falta de libertad de elección y las listas de espera en Sanidad
21 de Abril de 2018
Dice el dicho popular que “en Abril, aguas mil”. Pero la mayor tromba que vamos a presenciar los extremeños en este mes no consiste en litros de agua, sino en una monumental aberración de una incompetente administración que no está a la altura.
Precisamente, guarda relación con la sanidad pública extremeña, gestionada por la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales. Pero no con la decisión corporativista de la adjudicación del servicio de ambulancias, sino con un problema que no es una “rara avis” en más de un país europeo: la congestión de las listas de espera sanitarias.
Si bien es cierto que llevamos años esperando una solución a un problema que no requiere disparar aún el gasto en materia sanitaria, parece que al organismo dirigido por el socialista José María Vergeles, también un profesional de la salud, como quien le designó para desempeñar tal cargo, se le ha ocurrido ser más aberrante aún.
Se ha elaborado un documento que viene a ser un ‘Plan Operativo Integral de Listas de Espera del Servicio Extremeño de Salud’, del que varios medios de comunicación se han hecho eco en los últimos días, con el que pretenden disminuir considerablemente las listas de espera de la Sanidad extremeña.
Consideran quienes tan obsesionados están con los falsos “derechos sociales” las listas de espera “también permiten en ocasiones que algunas condiciones clínicas mejoren y además ofrecen a los pacientes un periodo de reflexión para decidir si realmente quieren operarse”.
Con esas palabras vienen a sugerir que, por ejemplo, alguien que está esperando una intervención quirúrgica para tratar una dolencia cardiaca o alguna lesión grave del aparato locomotor y que complican su deseo de llevar una vida lo más normal y satisfactoria posible, podría “aguantarse” o “no necesitarlo en gran medida”.
Adicionalmente, quienes “calentaron las calles” cuando el ejecutivo del ‘popular’ Monago remodeló el mapa de Puntos de Atención Continuada (único ajuste en sanidad de ese ejecutivo, que también tenía pensado llevar a cabo Vara, de no haber perdido en 2011 las elecciones), también afirman lo siguiente:
“[Las listas de espera son] un instrumento que actúa sobre la oferta de recursos sanitarios, pero también pueden actuar sobre la demanda, al ser un mecanismo desincentivador en aquellos casos que el beneficio esperado es marginal y en los que el paciente dispone de recursos económicos suficientes para acceder al sector privado”.
Con ello vienen a reconocer que el sector privado puede ayudar a la descongestión de la colapsada sanidad estatal (por algo establecen varios conciertos de derivación con centros sanitarios privados de la región). Pero hay quienes no se pueden permitir recurrir a alguna clínica privada de Badajoz, Cáceres, Don Benito-Villanueva o Madrid.
De hecho, el problema es precisamente que todos los extremeños que pagan sus impuestos están costeando también una red estatal de salud coactivamente, cuando igual no les convence. Solo se libran de esto los funcionarios del Estado, gracias a MUFACE (que de hecho, no suelen decantarse por lo provisto por la Seguridad Social).
Por lo tanto, se debería pensar en una solución a fin de ir transitando hacia una sanidad de libre mercado (si acaso, considerar las deducciones fiscales como ayuda). Se garantizaría así la libertad de elección y el mercado podría ajustarse a los distintos perfiles de consumidores, ofertando servicios de calidad a un coste favorable.
Dicho esto, para ir terminando, cabe afirmar que nos encontramos ante un sistema monopolizado a efectos prácticos, con unos burócratas enrocados en preservar un llamado ‘Estado del Bienestar’ que fracasa, como todo modelo de planificación central.
POR: Ángel Manuel García Carmona (El Club de los Viernes).
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