OPINIÓN: Te cobran la sanidad pública y encima quieren que pagues la privada
21 de Abril de 2018
Permitir que una empresa pública, llamada Estado, te cobre lo que se le antoje por asegurar tu seguridad con policías, por contratar a profesores para que eduquen a tus hijos, por abrir hospitales para que te curen o por gestionar las pensiones, esa caja de resistencia de quienes ya se han jubilado y no tienen otros ingresos, es el mayor lujo que puede permitirse una persona.
Cuando los gestores de esa empresa pública, llamada Estado, y de sus sucursales autonómicas, provinciales y municipales hacen ostentación ofensiva de preocuparse más por su propio bienestar -empleo, poder, coches, viviendas, sueldos, pensiones…- que por quienes les costean ese notable nivel de vida, es más que prudente desconfiar y auditar todos y cada uno de sus pasos. Y si, a pesar de la enorme cantidad de dinero que le sacan a la población, la dirección de la empresa y de las empresitas públicas no funciona bien, es justo tomar medidas para que lo haga correctamente, incluso sustituyendo a los dirigentes si la asamblea general de socios lo considera oportuno.
Todos formamos parte de la poderosa empresa pública llamada Estado. Es nuestra mayor cooperativa. Los gerentes la gestionan, pero no es de su exclusiva propiedad. Las fuerzas y cuerpos de seguridad, la educación oficial, el sistema público de pensiones y, por supuesto, el Sistema Extremeño de Salud, como un órgano más de la cooperativa estatal, pertenecen a quienes pagan su mantenimiento, no a quienes lo gestionan.
Cuando los gerentes de la empresa pública llamada Estado no sólo no dan el servicio que, en teoría, ofertan, sino que encima obligan a recurrir a la vigilancia privada, a la educación privada, a los planes de jubilación privados y a la sanidad privada, no es que la empresa pública llamada Estado, funcione mal, es que está timando al contribuyente. Le engañan cobrándole por un servicio que no le dan.
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