Persiste el problema del picudo rojo en Extremadura

La Junta de Extremadura ha publicado en el Diario Oficial de Extremadura (DOE) la resolución de la Dirección General de Agricultura y Ganadería por la que se declara la existencia del picudo rojo de las palmeras, Rhynchophorus ferrugineus (Olivier), en todo el territorio de la región.

En la resolución se incluyen requisitos específicos relativos a la comercialización de material de reproducción de determinados géneros y especies de palmeras, destinados a viveristas y comerciantes, para impedir que se distribuyan árboles afectados.

La publicación también establece medidas fitosanitarias de ejecución recomendadas para el control de la plaga por parte de personas físicas o jurídicas propietarias de plantas sensibles afectadas, quienes podrán someter voluntariamente dichos ejemplares a un plan de tratamientos con sustancias activas autorizadas, conforme se relaciona en el anexo I de la resolución, así como proceder a su eliminación, también con carácter voluntario.

Del mismo modo, desde Sanidad Vegetal se establecen pautas para el control de labores de poda que se ejecuten en las plantas afectadas, así como la ejecución de cualquier otra medida que se justifique técnica o científicamente para el control del picudo.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible precisa que esta plaga sólo se encuentra regulada para los productores profesionales de planta de palmácea destinadas para la plantación, que deben cumplir con una serie de medidas establecidas en la legislación europea y española para asegurar que el material que se comercialice se encuentra libre del picudo.

EVOLUCIÓN

Cabe recordar, que la primera detección del picudo rojo en la región se produce en 2013, cuando la plaga fue introducida a través de palmeras afectadas procedentes de otra comunidad.

En 2014 se declaró la existencia de dos focos en la ciudad de Badajoz, y también en las localidades de Malcocinado y Fuentes de León, focos que aparecen por dispersión natural de la plaga desde Andalucía y Portugal.

A lo largo de estos 10 años la plaga ha ido ocupando, por dispersión natural, todo el territorio de nuestra comunidad autónoma.

Periódicamente, a través de seis Resoluciones adicionales, se fue declarando el área de Extremadura afectada hasta llegar a este otoño-invierno en que las inspecciones fitosanitarias efectuadas ponen de manifiesto que en todo el territorio de nuestra comunidad autónoma se encuentra presente la plaga.