Piden la dimisión de Garzón tras sus polémicas declaraciones: #MenosCarneMasVida

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha pedido a los españoles que se reduzca el consumo de productos cárnicos, afirmando que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de las ganaderías, especialmente de las macrogranjas. 

Con el hashtag #MenosCarneMásVida ha dado paso a esta campaña por el consumo excesivo de carne en España. El país se sitúa a la cabeza según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). 

Lo que no indica es que, a pesar del alto porcentaje de consumo de este alimento, España es uno de los países con la mayor esperanza de vida de todo el planeta Tierra.

El ministro asegura que el porcentaje actual de las emisiones es mayor a la contaminación de coches que se produce en el país, algo que ha enfurecido al sector ganadero y ya están emprendiendo acciones que refutan estas declaraciones. Afirman que “desconoce el esfuerzo que hacemos”.

Los argumentos son planteados en la cuenta personal de Twitter de Alberto Garzón, con vídeo, imágenes y declaraciones como “sin planeta no tenemos vida, salario, ni economía y nos lo estamos cargando” dirigidas a toda la población, que no han dejado indiferentes a nadie.

RESPUESTA DE APAG EXTREMADURA ASAJA

APAG Extremadura Asaja, tras estas declaraciones, ha pedido el “cese inmediato” de Garzón: "No podemos tener un ministro que habla desde el desconocimiento más absoluto y desde la criminalización de un sector fundamental, como es el de la carne [...] que nadie se crea estas mentiras que no sabemos que finalidad tienen”, ha señalado su presidente.

"Lo que debería hacer, ha indicado, es conocer más la realidad y no realizar declaraciones absurdas que han indignado a todo un sector fundamental, fuente de riqueza, que garantizó el abastecimiento durante la pandemia y que es vital para luchar contra la despoblación", ha añadido.

Por todo, desde APAG Extremadura Asaja se ha querido trasladar “nuestro máximo apoyo” a la ganadería y a la agricultura, puesto que no solo no contaminan, sino más bien todo lo contrario, puesto que los campos son transformadores de CO2 en oxígeno.