Piden la retirada de la estatua de Celdrán, "el ex alcalde homófobo de Badajoz"
1 de Septiembre de 2021
Vecinos de Badajoz han decidido iniciar una recogida de firmas para que retiren la estatua del ex alcalde de la ciudad, Miguel Celdrán, fallecido este mismo año. La misma fue construida por el escultor pacense Luís Martínez Giraldo tras una recogida de fondos y colocada en junio en el lateral del Corte Inglés, justo por donde pasa la avenida Villanueva.
Según la Asociación de Ex-Presos Sociales de España, 8M Badajoz y Asamblea Antifascista de Badajoz, Celdrán fue una persona homófoba que no merece tal reconocimiento. No piensan lo mismo quienes ayudaron donando dinero para su fabricación y posterior ubicación.
COMUNICADO
La población extremeña LGTB se ha visto tristemente sorprendida por la reciente inauguración de una estatua dedicada a Miguel Celdrán, ex alcalde homófobo de Badajoz, a tan sólo 300 metros de la antigua cárcel de homosexuales de la ciudad.
El pasado 13 de junio, el Ayuntamiento de Badajoz inauguró el monumento a Celdrán, ex alcalde que en 2011 indignó al país entero afirmando que en Extremadura no había “palomos cojos” (usando esta expresión peyorativa para referirse al colectivo LGTB), y que “normalmente los echamos pa otro lao. Aquí gracias a Dios estamos todos muy sanos”.
Las palabras de Celdrán no fueron simple homofobia gratuita. Teniendo en cuenta que Badajoz albergó una de las dos cárceles de homosexuales de España, en la que entre 1970 y 1979 se encarceló y torturó a más de un millar de personas, negar la presencia de personas del colectivo en la comunidad y afirmar con sorna que “los echamos” resultó un ataque consciente y directo, además de una deshonra para la memoria y sufrimiento de todas esas personas.
La homofobia de Celdrán tampoco fue algo puntual. En 2007, colectivos LGTB de la ciudad también presentaron quejas contra el alcalde por sus palabras durante un debate del Pleno del Ayuntamiento, donde atacó a Manuel Sosa, portavoz municipal de Izquierda Unida, diciéndole que llamase "a las cosas por su nombre", y si no, "se es una maricona".
Teniendo en cuenta este contexto, nos sorprende que el Ayuntamiento haya decidido poner una estatua a Miguel Celdrán a tan sólo 300 metros de la antigua Cárcel de Pardaleras, la cárcel de homosexuales (actualmente Museo MEIAC, que conserva los expedientes policiales de los ex-presos homosexuales y que pueden consultarse si se desea). Además, también han aprobado cambiar el nombre de la calle en la que se encuentra por el del ex alcalde. Mientras tanto, las víctimas de la represión homófoba en Badajoz no cuentan con un solo monumento ni reconocimiento del estilo.
Los presos LGTB en Badajoz, además de estar cautivos, fueron obligados a realizar trabajos forzados, sufrieron “técnicas de reconversión” tales como electroshocks y hay documentados numerosos casos de violaciones. Tras salir de la cárcel, eran desterrados durante cinco años. Y cargaron con esa condena por “homosexualidad” como antecedentes penales en su expediente hasta el año 2000, dificultándoles el desarrollo de su vida en ámbitos como el laboral. Sólo 165 de los 5.000 encarcelados en todo el país por “homosexualidad” fueron indemnizados en 2009. Apenas dos años antes de las declaraciones de Celdrán.
Un Ayuntamiento que, como el de Badajoz, se ha declarado “LGTB friendly” no puede deshonrar de esta forma la memoria histórica del colectivo en su ciudad. Recordemos que, tras las declaraciones de Celdrán, todo el país se indignó y se organizó una “Caravana de Palomos” en protesta. Años después, el Ayuntamiento tomó la organización de “Los Palomos”, en un intento por limpiar su LGTBIfobia. Pero esta decisión nos demuestra que la verdadera intención del Ayuntamiento no es proteger ni honrar al colectivo y sus víctimas, sino hacer un lavado de cara.
La decisión del monumento y del cambio de nombre de la calle resulta, además, evidentemente tendenciosa, teniendo en cuenta la rapidez con la que ha sido tomada y el escaso apoyo popular. El ex alcalde falleció en enero. En febrero, familiares y amigos llevaron la propuesta al Ayuntamiento y en junio se inauguró la estatua. Para el cambio de nombre de la calle, la decisión se tomó tras recoger un millar de firmas (en la web “peticion.es” apenas consiguieron 287), cifra que ni siquiera supone el 1% de la población de la ciudad. Sin embargo, otros monumentos, como el dedicado a las víctimas de la COVID, que fue aprobado el pasado otoño en el Pleno, aún están paralizados.
Por todo esto, creemos que la colocación de esa estatua no sólo no tiene una justificación social, sino que además supone un capítulo más en la historia de la represión LGTB en Badajoz, borrando nuestro pasado y apoyando a quienes tanto histórica como recientemente nos han atacado.
Apoyan esta petición: Asociación de Ex-Presos Sociales de España, 8M Badajoz, Asamblea Antifascista de Badajoz
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