Se cumple un mes del trágico atropello que conmocionó a Badajoz

30 días han transcurrido ya desde el atropello que acabara con la vida del pequeño Víctor en la barriada de San Fernando, un tiempo que ha dejado un gran número de reacciones entre la sociedad pacense y extremeña.

Tan pronto como la noticia se hizo viral, llegaban a la familia multitud de condolencias a través de las redes sociales, así como comunicados desde instituciones, clubes de fútbol o políticos.

Destacó sobremanera el multitudinario entierro que tuvo lugar en el Tanatorio ‘Puente Real’ de Badajoz, que quedó colapsado ante el aluvión de personas que se desplazó para dar el pésame.

Los días posteriores, el fútbol rendía homenajes a pie de campo a la memoria del pequeño Víctor, el más especial el que tuvo lugar en el estadio Nuevo Vivero de Badajoz.

Además, también tenía lugar una ofrenda floral desde el embarcadero del río Guadiana, especialmente con la presencia de jugadores de diferentes categorías del Club Juventud UVA, donde Víctor jugaba.

CARTA DE UN PADRE A SU HIJO

“Hoy no te escribo desde cualquier sitio, hoy estoy acostado en tu cama, esa cama donde tantas veces has llorado y pataleado porque te castigaba, sé que como padre debía de hacerlo es parte de intentar dar educación, pero duele tanto el recordar eso, recuerdo los días que durante tus arrebatos te castigaba y quedabas dormido, daba igual la hora yo venía te echaba tu mantita de la patrulla canina y te daba un beso, cuanto extraño el hacer eso, recuerdo tantas cosas tantos momentos, recuerdo cuando venía a esta cama cuando estabas castigado y te decía, que, ¿ya se te ha pasado?, ¿podemos hablar? y tú decías sí, y hablábamos un poquito de lo sucedido y terminábamos siempre dándonos ese abrazo con ese te quiero tan sincero y de corazón que sólo un hijo puede darte, cuanto lo echo de menos.

Sí, aquí acostado, sólo que ahora el que llora soy yo, lloro por ti, no por tu culpa que no es lo mismo, lloro porque te necesito, lloro porque te echo de menos, lloro porque te quiero.

Ayer estuve viendo las fotos del último partido, ese que jugaste con Manu y Óscar y que tú siempre estabas deseando jugar, sólo por el hecho de que eran los mayores y sabías que podías jugar con ellos igual que lo hiciste en Jerez, recuerdo ese partido porque yo tenía que trabajar ese sábado pero me fui contigo a verte jugar, me tocó trabajar por la tarde pero me daba igual tener que trabajar aunque fuese un domingo si podía verte jugar.

Todavía no me lo creo, dejé a tu hermano en el cole y todavía me parece mentira, sigo viendo las fotos de ese partido y recuerdo que la primera parte no saliste a jugar, pero te recuerdo con peto amarillo sentadito en la silla sin moverte parecía mentira que tú pudieras estar así, sentado esperando a que te sacarán, esperando tu oportunidad porque sabías que esa oportunidad llegaría y que ahí sería cuando tenías que darlo todo y demostrar que tú no eras uno más, no digo que fueras el mejor, pero si digo que lo dabas todo, te gustaba superarte, te gustaba que fuera más difícil, y llegó tu hora de salir y como decía mi amiga Sandra, es toro Canete, no tiene miedo de nada ni de nadie.

Ahora el que tiene miedo soy yo, sí yo, con la de veces que te he dicho que el miedo no existe, pues sí tengo miedo, tengo miedo de todo, de fallar a tu madre, a tus abuelos, a mi familia, pero sobre todo tengo miedo de fallar a tu hermano, es muy difícil, cariño, no te puedes hacer una idea lo que tus amigos te echan de menos, tu hermano daría lo que fuese por dos minutos contigo para abrazarte, sí para abrazarte, con lo que él se enfadaba cada vez que lo cogías y le dabas esos besos a la fuerza con ese abrazo, pues ahora me los pide a mí, me los pide porque tú no se los puedes dar, me los pide porque no sabemos lo que tenemos hasta que nos falta.

Yo daría mi vida porque hubiera sido yo el que se hubiese ido, la daría por irme yo, despedirme de ti y que tú fueras el que te quedarás aquí, pero no puedo hacer eso, no porque no quiera, es que no se puede hijo mío.

Esto es algo que nadie puede entender o casi nadie, me quedaría aquí en esta cama tantas horas como pudiera con tus peluches. Te quiero mi vida y estés donde estés, que espero que sea cerca de nosotros, nos dejes esa energía que tu tenías; que nos ayudes a aprender a llevar esto.

Aquí tienes esas fotos donde tu sonrisa brilla y donde el resultado es lo de menos, me ha costado mucho subirlas pero creo que me ayudará de alguna manera, no sé como pero necesito subir esas fotos. Esas que tanto te gustaba que te hiciera. Un beso mi amor".