Solicitan usar el convento de Bravo Murillo en Badajoz para "atraer vida"
1 de Diciembre de 2020
SOS Casco Antiguo, Asociación Cívica Ciudad de Badajoz y la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo han elevado al Consistorio una propuesta de usos para el convento franciscano de la calle Bravo Murillo, que será rehabilitado con el fin de unificar servicios municipales del ayuntamiento.
En la solicitud presentada en el registro general -a la atención del concejal, Eladio Buzo, como coordinador de barrios-, los colectivos expresan su satisfacción por la decisión del ayuntamiento pero recuerdan que la función administrativa finaliza a las tres de la tarde.
Pasada esta hora, como ya sucede con los servicios sociales ubicados en la calle San Lorenzo, los edificios municipales cierran, "y con ello cuanto de bueno ofrece a un entorno degradado el trasiego propio de la actividad laboral". Por eso creen que el edificio debe permanecer abierto en horario de tarde.
"El objetivo es que este estratégico edificio, situado entre las calles San Juan, Bravo Murillo y San Gabriel, tenga vida desde las ocho de la mañana a las diez de la noche", explican. Dada las dimensiones del edificio, con más de cinco mil metros cuadrados, los colectivos estiman que sería posible compatibilizar el espacio con otros servicios municipales que atrajeran vida durante la tarde y hacerlo de modo independiente sin interferir con la labor administrativa.
"Entendemos que es posible hacer uso de parte del edificio para albergar una de las sedes de las escuelas municipales de música (existen cuatro sedes en la ciudad, ninguna de ellas en el centro histórico) o incluso ubicar allí la sede de la Universidad Popular, actualmente disgregada en pequeñas aulas por toda la ciudad.
Ambas opciones vendrían a dar solución a la creciente demanda de estos servicios municipales al tiempo que aseguran un trasiego continuo de usuarios durante todas las tardes", añaden.
Además, proponen que los espacios comunes como el claustro, puedan servir de espacio expositivo para los artistas del barrio, lo que sería compatible con los usos propuestos.
"De este modo obtenemos un edificio vivo en beneficio de usuarios y residentes, al tiempo que sirve de apoyo a la hostelería, el turismo y el comercio de proximidad, donde se conjuga la labor administrativa con el servicio al ciudadano y las funciones diurnas con los usos vespertinos".
Es muy importante para nosotros que el convento se convierta en una de las piedras angulares de la recuperación de este barrio. Junto al nuevo Campillo y un centro cívico que pudiera ubicarse en las propiedades deshabitadas de la calle Eugenio Hermoso, delimitaría la zona más degradada del Casco Antiguo y serviría de catalizador de su recuperación, concluyen.
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