Una Luna que no deja indiferente ni al Guadiana, ni a los pacenses

La luna que lucía el cielo pacense la noche del 20 al 21 de marzo no dejaba indiferente a ninguno de sus ciudadanos. Brillaba de forma inaudita y el Guadiana parecía adquirir un tono plateado que llenaba de misterio la ciudad. Desde luego el astro parecía sonreírle a una tierra a la que le esperan días áridos, secos y calurosos.

Fue un fotógrafo pacense, Francisco Luis Fernández Díaz, pariente de una familia conocida por sus investigaciones y descubrimientos en este ámbito y cuyas exposiciones deslumbran por sus fotografías: los Garrorena, el que se encargó cada día del mes de marzo de retratar una vista de la que pocos se paran a disfrutar.

El artista retrató con un juego de luces y sus impresionantes claro - oscuros a la hermosa doncella de la noche pacense, la Luna.

Y es que a las 22:58 horas, ni un minuto más ni uno menos, la primavera llegó a España. El letargo de una Tierra durmiente despertó, y con ella la última superluna de este 2019, que se veía un 10% mayor de lo habitual, una gran forma de darle a este equinoccio una luz natural espectacular.

La primavera en el hemisferio norte y el otoño en el sur han sido recibidos con la conocida ‘Luna llena de gusano’. Este nombre tiene sus bases en que es el momento en el que el suelo, teóricamente, empieza a descongelarse y aparecen las lombrices. Los indios americanos también la llamaban 'Luna cuervo', pues coincidía con el graznido de los cuervos que estos animales realizan para despedir el invierno y anunciar la primavera.

Este día, aunque podría ser como otro cualquiera, trae una noticia en su bolsillo, y es que los pacenses, y el resto del país, tendrán la oportunidad de captar la imagen de Marte durante toda la primavera tras la puesta del Sol y al amanecer, para darles la bienvenida, verán a Venus, Saturno y Júpiter, que también serán observables durante todas las noches de esta estación.

No habrá eclipses, pero habrá imágenes que impregnarán esas salidas nocturnas pacenses al calor de las velas, con una cerveza en mano y su tradicional charla dicharachera.