‘Aquí murió el rey y nació España’

Ya hace más de cinco siglos de aquel día, un 23 de enero de 1516, fecha señalada pues fue el día que pereció el rey Fernando el Católico en Madrigalejo, un municipio cacereño de apenas 2.000 habitantes cuya historia impregna las calles de la localidad.

En este pequeño municipio Fernando respiró por última vez y redactó su último testamento, el que supuso la unidad de España y el inicio del país que conocemos actualmente.

Fue en un frío enero de 1516, cuando Fernando II de Aragón, rey también de Castilla, Sicilia, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Nápoles y Navarra, viajaba de Plasencia al Monasterio de Guadalupe, en Cáceres, para asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara.

El monarca, con 63 años, estaba enfermo del corazón y de gota, el agravamiento de sus dolencias le impidió alcanzar su destino buscando cobijo en la llamada Casa de Santa María, propiedad de los monjes de Guadalupe en Madrigalejo, donde pasó sus últimos días.

En esta casa se alojara ya en otras dos ocasiones el monarca y fue también lugar de refugio para Felipe II y Sebastián I de Portugal.

Entre sus muros el rey Fernando decidió escribir un nuevo testamento, en el que proclamaba la unidad de todos sus reinos y nombraba como sucesora a su hija Juana y por consiguiente a su nieto Carlos que sería el futuro emperador de España y de Alemania.

De hecho, para velar por sus intereses, Carlos había enviado a Madrigalejo a Adriano de Utrecht, quien luego sería el Papa Adriano VI y que también estuvo presente durante esos días en la localidad cacereña, donde al atardecer del 22 de enero de 1516 se firmó el testamento de Fernando el Católico, quien moriría horas más tarde, en la madrugada de un frío 23 de enero.

Esa misma mañana se abrió el testamento y se procedió a la extracción de los órganos del monarca para facilitar su conservación hasta la llegada del cuerpo a Granada, donde había dado la orden de ser enterrado junto a su mujer, Isabel la Católica.

MADRIGALEJO

Madrigalejo es un municipio español, en la provincia de Cáceres, comunidad autónoma de Extremadura. Se sitúa al sur de la provincia, siendo el único municipio cacereño que pertenece a la comarca pacense de las Vegas Altas, si bien históricamente ha pertenecido a la Tierra de Trujillo siendo sus tierras propiedad del Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe hasta la desamortización de Mendizábal. El pueblo es famoso por ser el lugar de fallecimiento del rey Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico.