Controles selectivos en Monfragüe por motivos sanitarios

La Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad manifiesta, en relación con las noticias aparecidas en otros medios de comunicación acerca de actuaciones de control en Monfragüe, que dichas noticias no han sido contrastadas con esta Consejería y que no se ajustan a la realidad.

Las acciones que se están llevando a cabo dentro de las fincas públicas de este espacio protegido responden a la ejecución del ‘Programa de acción selectiva de las poblaciones de ungulados silvestres (ciervo y jabalí) en el Parque Nacional de Monfragüe’ que está publicado en el DOE y que cuenta con el apoyo mayoritario del patronato del Parque, donde están representadas todas las personas y entidades implicadas en la gestión de este espacio y cuya opinión se tuvo en cuenta.

Monfragüe precisa el control de ungulados (jabalíes y ciervos) para garantizar el estado de conservación favorable de las formaciones vegetales naturales del Parque y para luchar contra el altísimo nivel de tuberculosis en las especies de ungulados silvestres que llega a proporciones mayoritarias en el caso del jabalí, por lo que esta especie es el principal objetivo de estos controles. Sin duda, sería preferible capturar y mover estos animales enfermos fuera del Parque pero la situación sanitaria no lo permite.

Cabe destacar que informes técnicos de la Universidad de Extremadura y de sanidad animal recomiendan y avalan estas actuaciones de control que, anteriormente, se llevaban a cabo mediante monterías comerciales que, a partir del 5 de diciembre de 2020, ha prohibido la Ley 30/2014 de Parques Nacionales. Monfragüe no se puede mercantilizar ni es compatible con cacerías no selectivas.

En estos meses se está ejecutando el programa de control correspondiente a la anualidad de 2021, en el que se establece inicialmente el control mediante dos métodos distintos, cercones y jaulas trampa, por ser los más selectivos al disminuir al máximo el número de animales a controlar y que también son utilizados en otros parques nacionales del resto de España.

El primero consiste en el uso de terrenos cercados con alambradas que son cerrados el día anterior a la acción, utilizándose munición sin plomo para dicho control. Este método es similar en su ejecución al arte cinegético del rececho, si bien en este caso se garantiza que no queden animales heridos que mueran en el campo tras días de agonía.

El segundo método emplea jaulas trampa que son revisadas diariamente y donde el método de sacrificio elegido es el uso de bala cautiva, método similar al utilizado en eutanasia veterinaria con animales domésticos y recomendado en los manuales de control de depredadores publicados por las federaciones de caza.

Las actuaciones realizadas permiten actuar solo sobre las especies y el número de animales recogidos en el plan de acción sin afectar a otras especies. En todo caso, las actuaciones se realizan y localizan con la total garantía de que no se afecta a especies protegidas presentes en el entorno, bajo la supervisión directa de la Dirección del Parque y, siempre, por personal especializado.

Asimismo, el programa de control recoge la elaboración de un informe trimestral por parte de la Dirección del Parque Nacional en el que se evalúen y detallen las labores llevadas a cabo para controlar la población de ungulados, informe en el que se recogerán todas las actuaciones realizadas y permitirá evaluar el desarrollo del programa. De esta forma se prevé que en próximas actuaciones de control puedan participar sociedades locales de cazadores del entorno del Parque.

“La Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad actúa, desde el rigor y la transparencia, defendiendo el interés general y con el único objetivo de conservar Monfragüe y preservar su biodiversidad”, manifiestan desde la Junta.