Daniel Rodríguez (Cáceres Patrimonio): “Espero que la gente vea a un equipo que no baja los brazos"
26 de Agosto de 2022
Una década después de su paso por el Cáceres que llegó hasta las semifinales de las eliminatorias por el ascenso a ACB en la 2011 - 2012, Daniel Rodríguez García, de sobra conocido en la categoría, volverá a lucir la camiseta verdinegra en el Multiusos.
Su trayectoria avala su gran calidad e inteligencia en el juego, amo y dominador de las asistencias en LEB Oro, ostentando el récord con 1.532 en 524 partidos, lo que le convierte en Top-3 de jugadores con más encuentros.
Este base de 1,82 metros y nacido en Esplugas de Llobregat hace 38 años confiesa que empezó de niño jugando al fútbol, pero su hermano mayor David “cambió al baloncesto, y yo le seguí”, admite.
Así, mientras su hermano jugaba en EBA, Dani se formaba en las categorías del Juventut de Badalona, para continuar posteriormente en distintos equipos a lo largo de 16 temporadas en la segunda división del baloncesto español, llegando incluso a debutar con Lleida en ACB.
Y concretamente con la elástica del Lleida jugó contra el que considera el mejor contrincante que ha tenido, Sarunas Jasikevicius, en un partido de liga catalana contra el Barcelona, aunque eso sí, considera, que el partido más importante que recuerda haber jugado es la final de Copa del Príncipe Palencia-Melilla.
Sus primeros recuerdos del deporte de la canasta son viendo a la selección (y al Dream Team) durante los Juego Olímpicos de Barcelona 1992.
“Soy alguien que intenta disfrutar de todo lo que hago”, indica el jugador, quien dentro de 30 años se ve “disfrutando de la vida” y que desearía dejar un “mundo mejor” a las futuras generaciones.
Ahora, en 2022, afronta una nueva etapa dirigiendo al Cáceres Patrimonio de la Humanidad, con su juego “cerebral” tal como lo define, en una ciudad que conoce bien por lo que, asegura, “ya tengo mucho avanzado”.
“Espero que la gente disfrute del equipo y que, sobre todo, vea a un equipo que nunca baja los brazos”, apunta respecto a lo que espera esta temporada en el Multiusos, donde recuerda el ambiente espectacular que se vive, “sobre todo en los playoffs”.
El base de nuevo verdinegro admite que para empezar a enchufarse a los partidos necesita mojarse la cabeza, una manía que contrasta con su virtud o defecto confesable, según se mire, “la tranquilidad en ciertos momentos”, a la vez que asegura que si no se hubiera dedicado al baloncesto sería futbolista.
Para Dani, lo más importante en la vida es la salud, la familia y amigos, con los que ha pasado sus vacaciones viajando de acá para allá, desde Sevilla a Barcelona, hasta su querida La Palma, su lugar favorito para relajarse y de donde es su mujer María Nela.
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