"Alta prevalencia" del virus del Nilo Occidental entre aves silvestres en Extremadura
20 de Abril de 2021
Investigadores de la Universidad de Extremadura estudian por primera vez la situación epidemiológica del virus del Nilo Occidental en aves silvestres en Extremadura. La investigación confirma la alta circulación del virus en estas aves similar a la que ya se había observado en caballos
Todos los casos seropositivos detectados fueron confirmados por seroneutralización, prueba de referencia para la valoración serológica, gracias a la colaboración en este proyecto del equipo multidisciplinar liderado por Miguel Ángel Jiménez-Clavero, del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA), del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria en Valdeolmos en Madrid.
Ambos equipos han detectado por primera vez en Europa anticuerpos frente al virus del Nilo en la cigüeña negra, así como también contra el virus Usutu (un flavivirus con sintomatología parecida al VNO) en la avutarda europea. Aunque esta es la primera vez que se detecta Usutu en Extremadura, lo más destacado es la alta prevalencia del virus del Nilo en las aves, en torno al 18,23%, y su amplia distribución. “Los datos son muy llamativos. Hemos hallado porcentajes muy altos de anticuerpos en especies como el buitre leonado, algunos de los cuales murieron con sintomatología nerviosa. Muchas de las especies seropositivas detectadas están catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción, por lo que se debe estudiar cómo responden al virus estas poblaciones”, declara Eva Frontera.
“Nuestro estudio confirma que en aves de Extremadura hay una alta circulación del virus del Nilo Occidental, con una distribución similar a la que hemos hallado en caballos en un estudio reciente. Los datos generales de este proyecto apuntan a que seguramente los casos clínicos en animales declarados oficialmente cada año sean realmente una punta del iceberg del problema que supone este virus en Extremadura. Por ello, es preciso incrementar la vigilancia, ya que el seguimiento que se realiza hasta ahora puede resultar insuficiente”, matiza Daniel Bravo, uno de los autores principales del estudio.
En este sentido, los investigadores de la UEx tienen varias líneas de trabajo abiertas. Por un lado, pretenden analizar la seroprevalencia real de la población extremeña a este virus y determinar los factores de riesgo asociados a la infección, a través de un proyecto de investigación que han solicitado recientemente. Y por otra parte, en virtud de un convenio entre la Universidad de Extremadura y el Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz, los científicos van a estudiar el riesgo de infección por este virus en las propias ciudades de Cáceres y de Badajoz, con el fin de alertar de forma temprana a las autoridades competentes para poner los medios de prevención y control adecuados, llegado el caso.
Control de los mosquitos para atajar la prevalencia de los flavivirus
Las aves, al contrario que los seres humanos y los caballos que son hospedadores accidentales, son las principales especies hospedadoras del virus del Nilo Occidental, e intervienen en la difusión y transmisión de dicho virus, junto con los mosquitos. Por ello, tras estudiar la situación epidemiológica del virus en aves y caballos de Extremadura, los investigadores de la UEx centran ahora sus esfuerzos en el estudio de los insectos vectores.
Los investigadores, en un artículo que será publicado en breve, han elaborado mapas de distribución detallados para conocer dónde se sitúan las distintas especies de mosquitos en Extremadura. Estos mapas pueden ser usados por las diversas instituciones públicas y privadas implicadas en los programas de control y erradicación de enfermedades. Los datos preliminares han arrojado ya unos primeros resultados importantes, puesto que los científicos han observado que de las 33 especies de mosquitos registradas en Extremadura, 19 son vectores de enfermedades de importancia sanitaria, encontrando entre ellos a los principales transmisores del VNO.
Los científicos advierten que en abril comienza la actividad de mosquitos, que dura hasta octubre o noviembre, dependiendo de los factores climáticos. Los mayores picos de infección por el VNO se producen entre agosto y octubre, y recuerdan la importancia de evitar la acumulación de agua en patios, jardines y terrazas que favorezcan la cría de mosquitos.
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