Dos de las cuatro últimas incorporaciones a la Lista Roja del Patrimonio son extremeñas
21 de Enero de 2020
La Lista Roja del Patrimonio Español, y, concretamente de la región extremeña, continúa aumentando. Pese a que desde 2015 Extremadura no añadía más elementos al documento, desde 2019 han sido varios los sumados.
Se trata de una lista que recoge aquellos elementos del patrimonio cultural que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración. La finalidad: darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.
En Extremadura son 62 los que están a punto de darse por perdidos e incluirlos en la lista negra. Repartidos por igual: 31 en la provincia de Cáceres y 31 en la de Badajoz.
2020 comenzó con dos nuevas incorporaciones, ambos pertenecientes al patrimonio monumental, natural e histórico de Cáceres. Se trata del Convento de la Magdalena, ubicado en Trujillo, catalogado dentro de los conventos y monasterios (patrimonio religioso) y data del siglo XVII, e incluido en la lista este 20 de enero.
El recinto es propiedad privada; el segundo se conoce como el Molino del Estanque, ubicado en Guadalupe. Está identificado como un edificio singular construido entre los siglos XIV-XVI, su propiedad es privada y pasó a formar parte de la lista el pasado 13 de enero.
EL CONVENTO DE LA MAGDALENA
“El convento trujillano de franciscanos descalzos alcantarinos, denominado de la Magdalena, se erigió en el año 1603 por frailes procedentes del monasterio de San Juan Bautista de la Viciosa (Deleitosa, Cáceres), fundado por San Pedro de Alcántara hacia el año 1559 y que desde el referido año 1603 habitarían los agustinos recoletos.
Con motivo de la invasión francesa, sufrió la fábrica monacal trujillana grandes desperfectos y los monjes hubieron de abandonar el edificio, ya ruinoso, para refugiarse en casas particulares. Después del año 1817 habitaron un tiempo, hasta la exclaustración definitiva de 1836.” Reseña de J.M. García Mogollón citando a Juan Tena Fernández
El convento cuenta con una estructura de grandes dimensiones, consta de tres plantas construidas a base de sillarejo, ladrillo en determinados puntos y sillares de granito en sus esquinas. Se le unen a esta infraestructura tres naves longitudinales con subdivisiones. La central, más cuadrada, podría ser un patio, que haciendo la función de claustro, serviría para distribuir el complejo.
Actualmente no se especifica el grado de protección legal a pesar de su estado de conservación ruinoso. De hecho, una de sus fachadas amenaza con derrumbarse. Carece de cubierta, han expoliado dinteles y pilares de los vanos lo que hace que su estructura haya perdido estabilidad. Las paredes internas se han perdido en gran parte, aunque en muchos puntos aún perdura la traza constructiva.
EL MOLINO DEL ESTANQUE
“El estanque de Guadalupe es una de las principales obras hidráulicas construidas en España en el siglo XV. Se encuadra en la serie de construcciones realizadas por los Jerónimos cuando tomaron posesión del Monasterio de Santa María de Guadalupe, concretamente bajo el mandato del tercer prior, Fray Gonzalo de Ocaña hacia 1420-1425. Probablemente sea la presa más antigua de época bajomedieval y renacentista seguida por la existente en las cercanías del castillo de Belvís de Monroy (1450), la de Castellar (1500) o la del Casar de Cáceres (1507)".
"Se trata de construcciones de fábrica con sección transversal más o menos rectangular de entre 4 y 9 m de altura; la mayor parte de ellas presentan contrafuertes y molinos adosados aguas abajo. Su finalidad fue la generación de fuerza motriz para la molienda de cereales, además, se usaron también para abastecimiento de poblados, abrevadero de ganado, lavadero de lanas y criadero de peces. Actualmente, la práctica totalidad de los molinos se encuentran arruinados”. Así se indica en el informe de la Lista Roja del Patrimonio.
El conjunto consta de cuatro molinos alojados en su interior que eran utilizados para moler grano, abasteciendo los poblados, abrevaderos, lavaderos de lana y criaderos de peces. Parte de los muros que componen la presa están ocupados por galerías a tres alturas, sostenidas por arcos, bóvedas y arbotantes, que transmiten el empuje al muro de aguas abajo y a los contrafuertes adosados a ese paramento. Su altura es de 15 metros y su longitud de 63 metros.
Al igual que en el caso del convento no existe un grado de protección legal especificado. Actualmente esta fuera de uso, la construcción se encuentra en estado de ruina parcial.
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