Dos templos de Miajadas y Torre de Don Miguel, próximos bienes de interés cultural
27 de Noviembre de 2018
El Diario Oficial de Extremadura (DOE) recoge en su edición de este martes, 27 de noviembre, las resoluciones por las que se incoan expedientes para declarar bienes de interés cultural a la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, en Miajadas, y la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, en Torre de Don Miguel, ambas en la categoría de monumento.
La iglesia parroquial de Santiago Apóstol, en la localidad cacereña de Miajadas, es un edificio sostenido por muros de carga de mampostería y sillares; está cubierto mediante bóvedas de arista, de cañón y de crucería. Posee planta de cruz latina, una sola nave, y presbiterio recto. Su origen se sitúa en torno a 1348, si bien el edificio conservado es posterior.
Las fases constructivas del edificio se desarrollaron, principalmente, desde el siglo XV hasta el XVIII, así como durante la segunda mitad del siglo XX, al ejecutarse en este siglo una serie de grandes reformas promovidas por el párroco Juan Cifuentes Vicente.
En la realización de este templo fue clave la figura del gran arquitecto Pedro de Ybarra entre 1560 y 1570. Tras el fallecimiento de Pedro de Ybarra, en 1570, le sustituiría el maestro trujillano Pedro Hernández y, posteriormente, Juan Álvarez, ya en la primera década del siglo XVII.
IGLESIA NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de Torre de Don Miguel, en la comarca de Sierra de Gata, es un es un templo singular y de valor incuestionable dentro de la arquitectura religiosa de Extremadura.
En ella trabajaron algunos de los principales artistas renacentistas de la región, como el arquitecto Pedro de Ybarra. Su valor también radica en la propia imagen del edificio, que domina la trama urbana y cuyo juego de volúmenes refleja las características constructivas de los periodos gótico y renacentista de Extremadura.
Sin lugar a dudas se trata de un edifico paradigmático en el patrimonio de la Sierra de Gata y forma parte de los bienes culturales extremeños, los cuales deben conservarse y protegerse para su legado, en las mejores condiciones, a las generaciones futuras, según recoge el DOE en su resolución.
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