Ecologistas en Acción: Extremadura registra la peor calidad de aire
30 de Agosto de 2018
Ecologistas en Acción critica “El Plan de Mejora de la Calidad del Aire de Extremadura” que según ellos, carece de diagnóstico, objetivos, medidas, presupuesto y rango suficiente para mejorar la situación.
El Diario Oficial de Extremadura publica hoy el Plan de Mejora de Calidad del Aire de la Comunidad Autónoma de Extremadura, aprobado por Resolución de 3 de agosto de 2018 de la Dirección General de Medio Ambiente, tras más de un año de tramitación administrativa.
Dicho Plan de Mejora de la Calidad del Aire es el resultado del incumplimiento reiterado de los objetivos legales de protección de la salud y de la vegetación establecidos para el ozono troposférico en todas las zonas y estaciones de medición de Extremadura, como se reconoce en el documento aprobado. Incumplimiento que afecta de manera severa a la salud del millón de extremeños y a la totalidad de los cultivos y ecosistemas naturales de la región.
De hecho, en lo que llevamos de año 6 de las 7 estaciones de medición de la contaminación ubicadas en Extremadura han rebasado el valor objetivo para la protección de la salud, establecido por la normativa española para el ozono, en el periodo 2016-2018, siendo la ciudad de Cáceres la que presenta la peor situación, con 50 días por encima de dicho valor objetivo, el doble de los 25 días permitidos.
De esta manera, Extremadura es la comunidad autónoma que presenta una peor calidad del aire por ozono en toda España, junto a la Comunidad de Madrid, lo que justifica plenamente la necesidad de un Plan de Mejora de la Calidad del Aire, en cumplimiento de la normativa. Así, Extremadura es la primera comunidad española en elaborar y aprobar un plan de mejora de la calidad del aire centrado en el ozono, lo que debe ser valorado positivamente.
Del mismo modo aseguran que la Junta de Extremadura ha elaborado un documento “para cubrir el expediente”, sin un diagnóstico de las causas del problema y con un catálogo de medidas genéricas sin concretar, programar ni presupuestar, con el sorprendente objetivo de que sólo dos de las seis estaciones incumplidoras (Mérida y Plasencia) cumplan con los valores objetivo tanto para la protección de la salud como para la protección de la vegetación en un periodo de cuatro años.
De esta manera, parece que la Junta se resigna a que las estaciones de Badajoz, Cáceres, Monfragüe y Zafra, representativas de la calidad del aire que respiran cuatro de cada cinco extremeños, sigan incumpliendo en los próximos años los objetivos legales de ozono, lo que pone de manifiesto la falta de ambición y de seriedad del Plan autonómico. Finalmente, el hecho de que el mismo haya sido aprobado por Resolución de un Director General en lugar de por Decreto de la Junta de Extremadura confirma la falta de interés de las autoridades.
“El hecho de que buena parte de la contaminación por ozono registrada en Extremadura pueda proceder de territorios limítrofes, en especial de las áreas metropolitanas de Lisboa y Madrid, empujada por el viento a lo largo del valle del Tajo, no es excusa para que el Gobierno regional no aborde con seriedad el problema, mejorando la información a la población, reduciendo las emisiones contaminantes del transporte, la industria y la edificación propias e impulsando los acuerdos políticos necesarios para que esos territorios reduzcan sus emisiones”, añaden.
Por ello, Ecologistas en Acción demanda la mejora sustancial del Plan de Mejora de la Calidad del Aire de Extremadura, así como protocolos de emergencia en las localidades donde en los últimos tres años se ha rebasado el umbral de información (Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia) con medidas eficaces y presupuestadas para reducir los niveles de ozono en la Comunidad. Medidas que deben pasar por la limitación del tráfico urbano e interurbano, principal emisor de los contaminantes precursores del ozono, promoviendo el transporte colectivo (autobús, tren) y en los ámbitos urbanos la bicicleta y el tránsito peatonal.
El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias, en presencia de radiación solar. Por inhalación, provoca irritación de los ojos y vías respiratorias superiores, reducción de la función pulmonar, un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas (asma, EPOC) y el agravamiento de patologías cardiovasculares.
La Agencia Europea de Medio Ambiente estima en 1.600 fallecimientos prematuros anuales en España producidos por la exposición a niveles de ozono como los registrados durante este verano en la mayor parte de Extremadura.
El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos, concluyen.
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