El campo extremeño despide un año marcado por los bajos precios y la adversa climatología
4 de Enero de 2019
UPA-UCE Extremadura ha calificado el 2018 como “un año complicado” en lo climatológico que comenzó con lluvias, solucionando el terrible problema de sequía que sufrimos en 2017, para dar paso a inundaciones, frio y granizo.
Todo eso se tradujo en graves pérdidas de producción en el conjunto del regadío, llegando a ser “especialmente acusadas” en muchos cultivos como los frutales (con una merma de más del 40% de la producción), el tomate, maíz y olivar. Además, según apuntan desde nuestra organización, el retraso en el inicio de las campañas de entre 15 y 20 días ha perjudicado la comercialización de nuestra fruta.
Con respecto al secano, UPA-UCE señala que los sectores que más han sufrido un descenso importante de producción han sido la aceituna de mesa y el viñedo.
Con respecto a la ganadería, desde nuestra organización queremos destacar la “preocupante” situación de la apicultura, con más de un 50% de descenso en la producción de miel.
La montanera, por su parte, también se ha reducido de forma importante, afectando principalmente al porcino, pero también al resto de ganadería extensiva.
“Con todos estos datos encima de la mesa, queremos destacar que el principal problema del 2018 ha sido “el precio de ruina” que hemos tenido en la mayoría de los sectores. Unos precios que, además, no han tenido en cuenta la subida de los costes (un 28% en los últimos 10 años) en nuestras explotaciones”, explica el secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas.
Por su parte, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, también ha hecho hincapié en la necesidad de que los agricultores y ganaderos puedan negociar el precio de sus productos. “Nos ponen los precios de lo que compramos pero también de aquello que vendemos, por eso es fundamental que los profesionales del campo contemos con un sistema de negociación que nos permita cubrir costes de producción”, ha señalado.
Desde nuestra organización consideramos, por tanto, que la tónica general se ha basado en precios de ruina a pesar de la reducción importante de la producción, destacando la grave situación de varios cultivos como la aceituna de mesa, la miel o la fruta.
En definitiva, “precios que están poniendo en una situación insostenible al conjunto de las explotaciones, donde sus agricultores y ganaderos no ven futuro produciendo a perdidas”, sostiene Huertas.
Ramos también ha puesto en valor la agricultura familiar como “el mejor modelo de sostenibilidad para nuestras explotaciones, apostando siempre por los agricultores y ganaderos que viven y trabajan en el medio rural, ayudando a mantener vivos nuestros pueblos”.
Por estos motivos UPA-UCE Extremadura se movilizará, junto a Cooperativas Agro-Alimentarias y Asaja, el próximo 31 de enero en Badajoz, porque “ya es hora de exigir poner fin a la especulación y abuso de la industria y la distribución, que están haciendo peligrar el futuro de miles de explotaciones extremeñas y españolas”, han sentenciado.
Para nuestra organización agraria, el 2018 ha sido un año de contrastes en lo climatológico pero “nefasto” por los bajos precios de las producciones agrícolas y ganaderas.
Frente a todo lo expuesto, UPA-UCE destaca algunos de los retos para el 2019:
Modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria para introducir la venta a pérdidas como práctica fraudulenta, con sanciones públicas y proporcionadas a los beneficios de la distribución; Ley de etiquetado claro para los productos agrarios, impacto del Brexit en nuestras producciones; aprobación de las perspectivas financieras de la UE; aprobación de la reforma de la PAC; puesta en marcha de los aranceles para el arroz; aprobación del presupuesto regional, necesario para recuperar presupuestos para medidas fundamentales como seguros agrarios, producción integrada, etc.; modificación de la Norma de Calidad del Ibérico; implantación de la azucarera; y fin a la prohibición de nuevas plantaciones de cava extremeño.
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