El cantautor que promulga la cultura extremeña por todo el país
4 de Septiembre de 2017
Ser cantante nunca ha sido un camino de rosas, por eso, y como bien dice Pepe Extremadura, es necesario distintivos como las Medallas de Extremadura para valorar el esfuerzo de los que promulgan la cultura extremeña.
Si por algo ha destacado Pepe, es por cantar a su tierra y gentes. Así, José Ronseiro Pedro recibirá este galardón el próximo 7 de septiembre con motivo de la celebración del Día de Extremadura.
Han sido muchos los que han pedido la medalla para este cantautor. Casas de Extremadura, asociaciones de vecinos y ayuntamientos extremeños han considerado que el cante a una tierra como ésta merece tal reconocimiento y 7Días ha querido conocer sus impresiones al conocer esta noticia.
Han tenido que pasar varios años para que veas este sueño, si podemos decirlo así, hecho realidad. ¿Te esperabas la Medalla?
He sido candidato durante 5 años y en mí se ha cumplido el tópico que dice que no hay quinto malo. A decir verdad no me lo esperaba, pero ha resultado una sorpresa muy agradable, sobre todo, porque es un reconocimiento a una trayectoria y que te premien por eso, siempre es alentador.
Muchos son los que consideran que esta medalla te pertenece, pero usted, ¿por qué cree que merece este distintivo?
En principio yo no canto para conseguir medallas, canto porque me apetece y si mi trabajo también gusta al público, pues mejor que mejor. Yo canto a las pequeñas cosas, a los grandes sentimientos y si compongo canciones es porque me gusta la música, pero no tendría mucho sentido hacer canciones si no tuviera con quien compartirlas.
También es muy conocido fuera de Extremadura, ¿Qué experiencias artísticas puede destacar fuera de la región?
Recuerdo con especial cariño, porque fue a principio de mis comienzos, la actuación que tuve en el campo de futbol de Torrejón de Ardoz (Madrid), ante más de 25.000 personas, compartiendo escenario con Miguel Ríos, Sabina, Aute, Víctor Manuel y Asfalto siendo presentado por Antonio Gades.
Y me vienen a la memoria las cariñosas palabras de ánimo y aliento que me dedicó su mujer Pepa Flores (Marisol) al verme nervioso como un flan, antes de salir a cantar ante aquella multitud. Cariñosa como una madre, me decía dulcemente: “Pepe sal a cantar como si estuvieras en casa”. Y santo milagro, porque sus palabras surtieron tanto efecto que salí a cantar como un ciclón.
También recuerdo muy gratamente cuando canté en un macro festival de 4 días en el Polideportivo de Coslada (Madrid) a favor de los damnificados por el aceite de colza y me tocó compartir cartel con Paco de Lucía y Ramoncín, siendo presentado por Francisco Umbral y Tierno Galván.
O cuando tuve que cantar por tres veces el "Embargo" en una feria del Libro en Madrid ante Camilo José Cela, porque al estar firmando libros no había escuchado bien las dos primeras, y se la volví a cantar gustosamente y siempre que hablaba con Umbral, le decía: “Paco que majo chaval es Pepe el extremeño”.
Además de cantar y componer, usted promulga la cultura extremeña, algo que pocos saben hacer. ¿Tiene buena aceptación fuera de Extremadura? ¿Cuál es la impresión de los espectadores forasteros?
A mí me cuesta definirme, entre otras cosas porque creo que todo lo que tiende a definir, tiende también a limitar. A mí no me gusta ir por la vida con apariencias diferentes, intento ir de frente y por derecho, como mi padre, y si tengo que decir algo, diré que me considero un cantante con denominación de origen.
El gran escritor Víctor Chamorro, con el cual he coincidido muchas veces en los hogares extremeños, el dando conferencias y yo cantando, escribió estas cariñosas palabras sobre mí: “Yo he visto a Pepe cantar por las casas regionales de Extremadura, en un afán pedagógico, casi misionero. Y eso lo hace, porque Pepe ha preferido ser pajarillo de barbecho a lorito real”.
Ha pasado por dos momentos difíciles en su vida, una agresión en Cáceres, y un ingreso en el hospital debido a una sepsis. ¿Cómo vivió su carrera artística esos momentos?
Todo en esta vida es relativo, aproximado y provisional, por eso, después de pasar por el doloroso y trágico trance de padecer una Sepsis gravísima, que me tuvo bastantes meses al borde de la muerte, el suceso del puente, ha quedado reducido a una desagradable anécdota.
¿Es fácil ser cantautor en una región como esta?
Es complicado, pero supongo que como otro oficio cualquiera. La ventaja que tengo es que lo he elegido yo y además me gusta. Por eso puede decirse que soy afortunado.
¿Considera que hay otras comunidades que dan más facilidades o están más abiertas a este tipo de artistas?
Ciertamente hay comunidades que valoran mucho a sus artistas y los miman. Aquí desde tiempos inmemoriales se tiende a valorar más a lo que viene de fuera que a lo que tenemos dentro, aunque creo vislumbrar síntomas de cambio, porque el darme a mí la Medalla demuestra que se está valorando mi trabajo, y aunque sea una excepción, ser profeta en tu tierra es un triunfo, con lo difícil que es eso.
¿Qué supone para usted este distintivo?
Que te premien es fantástico y muy gratificante, sobre todo para los que nos dedicamos a este complicado y maravilloso mundo de la música, ya que somos esencialmente inseguros y por eso necesitamos la confirmación de que lo que estamos haciendo está bien, que merece la pena.
En ese sentido, los premios son como una especie de consuelo ante esa herida constante de dudas e inquietudes que tenemos los que nos dedicamos a este oficio. Además, que te premien siempre será más reconfortante a que te castiguen.
Noticias relacionadas
Comenta esta noticia
A Fondo