El polvorín de Los Colorines en Badajoz

Está claro que en este barrio, donde se suceden con continuidad sucesivas riñas tumultuarias, tiroteos a plena luz del día y un sin fin de ilícitos penales, el control de todo lo que allí sucede está en manos de las familias que habitan la barriada y no de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

"Estamos vendidos, no podemos ir dos vehículos Z radiopatrulla del GAC de Policía Nacional a una riña tumultuaria o un tiroteo, mientras otros vehículos policiales se utilizan en servicios relacionados con el Centro Penitenciario de Badajoz", comentaban algunos de ellos a 7Días.

Decenas de pisos ocupados, utilizados como fumaderos por las redes de la droga y los clanes que residen en la conflictiva barriada pacense dibujan un panorama desolador.

No es raro el día que se enfrentan -da igual la hora- familias que han marcado su territorio durante años a base de mostrar su potencial armamentístico. Esto enquista gravemente su normal relación en sociedad y convierte la zona en un auténtico polvorín a punto de estallar. Al menos hasta la fecha ningún cartucho ha desembocado en la muerte de un ciudadano.

Hasta el día de hoy solo las han utilizado para asustar a los rivales que incomodan en el monopolio de la venta de sustancias estupefacientes, haciendo desaparecer por completo el concepto de autoridad que delimitase una frontera que nunca tuvo que haberse rebasado.

Se podría estar hablando de una auténtica tragedia, la jerga que ya se ha hecho cotidiana tristemente para los demás ciudadanos que habitan la capital pacense. Es evidente y claro que necesariamente se deben adoptar medidas inmediatas de protección y seguridad.