El fin de una era en los bomberos de Badajoz: se jubilan Epi y Chema

El bombero pacense José Antonio Jiménez, conocido como ‘Epi’, se jubila tras casi 40 años de servicio en incendios, emergencias y Protección Civil en Badajoz. También lo hará José María García, 'Chema'.

En una entrevista concedida a 7Días, el primero de ellos explica que “es una jubilación no deseada, pues este trabajo es una vocación que me viene desde niño y mi profesión querida”. El 27 de diciembre será su última guardia y afirma que “no estoy concienciado. Además, me jubilo el 28, que es el día de los Santos Inocentes, me voy a acordar todos los años”. 

Epi comenzó en Cruz Roja, donde empezó en el mundo del rescate y también ha estado en Protección Civil en el Ayuntamiento de Badajoz como jefe de la agrupación. “Son más de 20 años en los dos sitios”, cuenta y expresa que “cuando lo vas ‘mamando’ desde pequeño y te gustan las emergencias, no miras el tiempo”. 

Durante su carrera, el bombero ha reunido una buena cantidad de anécdotas “bonitas y amargas”, pero señala que “la mejor anécdota es el día a día. El relevo, estar con los compañeros, hacer una intervención por muy complicada que sea y salir orgulloso de haber hecho tu trabajo son las experiencias más bonitas”. Por otro lado, apunta que hay momentos amargos y difíciles. En este sentido, explica que “esta profesión te crea una coraza de hierro, aunque después, al salir de la guardia, muchas veces le das vueltas a la cabeza”. 

Por último, Epi ha enviado un mensaje a los futuros bomberos y aquellos jóvenes que tengan esta vocación. “Si de verdad les gusta, tienen que dar el cien por cien, porque el sacrificio de los años de preparación tiene su gran recompensa, que es trabajar en lo que te gusta y tener una gran segunda familia. El que se prepare una oposición de bombero simplemente por tener un puesto de trabajo lo va a llevar mal. Es algo que tienes que llevar por dentro”. 

Con su jubilación, José Antonio cierra dos puertas: “La de mi vida como bombero y la de los bomberos del Ayuntamiento”, pues su promoción fue la última. “Después ya fueron todos bomberos conductores”. 

“Quiero dar las gracias al cuerpo, que ha sido una gran familia para mí y sabe que siempre estaré con ellos, aunque ahora los veré desde la grada”, concluye. 

Chema, por su parte, entró más tarde en el cuerpo y asegura a este medio que "mirando hacia atrás, en vez de con 26 años, habría entrado con 20". Además, expresa que "entré entre algodones y salgo en una nube. Esto es una familia, donde todos nos protegemos los unos a los otros. Es la mejor profesión del mundo".

También afirma que "seguiremos manteniendo el contacto, tanto con los antiguos compañeros como con los más jóvenes que han ingresado recientemente, los cuales tienen muchas ganas y mucha fuerza. Se nota que valen la pena. Yo ahora tengo que pensar en disfrutar de mis nietos".