Extremadura puede abastecerse con la energía renovable que produce

La producción de energía eléctrica de origen renovable prácticamente igualó la demanda total extremeña durante el año 2017. Sólo con la generación con tecnología solar, fotovoltaica y termosolar se alcanzó algo más del 62 % de la demanda regional de energía eléctrica, ha manifestado Olga García, consejera de Economía e Infraestructuras, durante la clausura de la jornada ‘La Transición hacia un Modelo Energético más Sostenible’, organizada en Mérida por el Club Español de la Energía.

En opinión de la consejera, Extremadura tiene mucho que aportar al futuro mix energético del país, por el avance que está experimentando la producción de energías renovables en el territorio, en particular, la tecnología fotovoltaica.

Actualmente, la producción de energía eléctrica de origen renovable en Extremadura tiene de base las tecnologías hidráulica, la térmica renovable (biomasa eléctrica y biogás) y, fundamentalmente, la solar termoeléctrica y la solar fotovoltaica.

Respecto a cómo pasar del actual modelo energético hacia otro menos intensivo en carbono, Extremadura se está posicionando ‘fuertemente’ en materia de energías renovables, de tal modo que en los próximos meses la potencia instalada se incrementará en más de 2.300 gigawatios. “Somos un territorio que quiere liderar la transición energética”, ha afirmado Olga García.

“Aspiramos a albergar en 2030, el 20% de las inversiones en renovables que en el conjunto de España se estima deberán llevarse a cabo para contribuir con el cumplimiento de los objetivos europeos”.

Asimismo, considera que la transición energética es una necesidad que los países deben abordar, pero también se perfila como una oportunidad, ya que hay “una gran reserva de recursos renovables que nos pueden proporcionar inversión y empleo en nuestro medio rural. Por lo tanto, en Extremadura no solo existe el potencial, sino que existe la voluntad y el interés por abordar este proceso”.

La consejera de Economía e Infraestructuras cree que se debe ser ambicioso e implicar a todas las piezas del puzle social de nuestro país, además de transcender los posicionamientos políticos. “Es un paso previo ineludible para implicar al conjunto de la ciudadanía; sin su implicación fracasarían todos los mecanismos de adaptación que se planteen, tanto desde el ámbito público como el privado, para implementar esta transición”.

La consejera ha finalizado señalando el papel determinante del sector privado, que dispone de los recursos para transformar el sistema productivo, y de las administraciones públicas como modelo ejemplarizante para la sociedad.