Fallece Francisco Huerto, propietario de Carisma Libros
8 de Enero de 2020
Francisco Huerto Romero, fallecía en la tarde de ayer, en Badajoz tras sufrir una larga enfermedad.
Uno de los libreros más conocidos de Badajoz, dueño de la conocida librería y editorial Carisma Libros, fallecía a los 72 años, rodeado de su familia en el Hospital Perpetuo Socorro.
Allá en el 2015, la poetisa María José Fernández, articulista de 7Días, le dedicaba un sentido artículo que puso de relieve su gran generosidad, tras donar gran parte de su fondo editorial antes de jubilarse, a la Junta de Extremadura.
Donaciones con carisma: un bien común
Francisco Huerto Romero, Gerente de Carisma libros, es un hombre que está hecho de esa clase de pasta. Él nos ha dicho textualmente que antes de su jubilación, tomó la decisión de donar el fondo editorial de Carisma a las bibliotecas de Extremadura; para ello se puso en contacto con la Consejería de cultura de la Junta de Extremadura, la cual aceptó, y así comenzó a entregar los libros a la Consejería. (Muchos fondos de Clubes de Lectura están hechos con donaciones de escritores).
No obstante, cuando la donación supera los trescientos mil euros (unos 50 millones de las antiguas pesetas) la cosa cambia: tan generosa acción puede llegar a alcanzar connotaciones de bien social, debido a un tipo de entrega que no se viene haciendo todos los días. Es por lo tanto menester explicar el origen de dicha donación, ganada con el sudor de toda una vida laboral, traída y llevada por las distintas bibliotecas y principales ferias del libro en Extremadura. Una vida nada fácil, que llevó a Francisco, jubilado, varias veces al precipicio: primero a la quiebra económica, de la cual se recuperó; y segundo, a la pérdida de la salud, debido a un cáncer de pulmón en constante vigilancia.
Huerto Romero, un hombre doblemente tocado por la vida, además de diabético y con un solo riñón, nos está dando un claro ejemplo de generosidad, fortaleza y sencillez. Eso me lleva a dilucidar que cualquiera que esté atravesando unas circunstancias parecidas, puede ayudar a los demás; sobre todo los que estamos sanos, máxime cuando se nos pudren los argumentos para ni tan siquiera ofrecer la más tímida sonrisa.
Quizás nos lleguen donaciones a nuestras manos, como las que hizo en su día el gran escritor Jesús Sánchez Adalid, entre otras. Llegado ese momento puede que algunos despierten del gran letargo del egoísmo y, mirando todos al cielo, al fin se agradezca merecidamente ese bien sociocultural que nos ilusionó a muchos e hizo más agradable nuestras vidas: gracias a los donadores. (Gracias a lo que depositaste en su día, Carisma Libros).
"Nuestro amigo Huerto, ya no florecemos / en su pensamiento. Su casa vacía, / suspira en silencio; nos llegan latidos / de ese momento". Mª José Fernández Sánchez.
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