Florence, primer gran huracán de la temporada, en medio del Atlántico
5 de Septiembre de 2018
La temporada de huracanes en el Atlántico Norte dio comienzo como cada año el pasado 1 de junio -hace ya tres meses- y culminará el próximo 30 de noviembre. Periodo propicio en estas latitudes para que suceda este violento fenómeno.
Las previsiones hablaban de una actividad para esta temporada calificada por los expertos de ‘normal y dentro de la media’, teniendo en cuenta que dicha media en el periodo de los últimos 20 años es la siguiente:
12.1 tormentas con nombre propio, es decir, aquellas que alcanzan vientos considerados como Tormenta Tropical.
6.4 huracanes, es decir, aquellas que alcanzan al menos la categoría 1.
2.7 huracanes mayores, aquellas que alcanzan al menos la categoría 3.
Por el momento y traspasado ampliamente el ecuador de la temporada 2018, se han formado 7 tormentas tropicales, de las que 3 llegaron a categoría de huracán, y tan solo 1 se ha convertido en Huracán Mayor, el actual Florence.
FLORENCE
Es denominado un Huracán CV, aquellos que se forman en el entorno de las islas de Cabo Verde, y por su largo recorrido marítimo por delante (si llega a tocar tierra) de los más temidos.
Nació el 31 de agosto y cinco días después ya alcanza la Categoría 3 con vientos sostenidos de 195 km/h y una presión en su centro de 961 hPa.
Se espera que Florence, que ahora se mantiene en medio del Atlántico entre el Caribe y la costa occidental africana, se dirija a Bermudas durante los próximos días. Manteniendo su condición de huracán por encontrarse con condiciones favorables.
A partir de entonces su rumbo es una incógnita, pero podría pasar a formar parte de la circulación habitual acabando por ser absorbido y convertido en potente borrasca de las que llegan a Reino Unido o a la propia Galicia.
ANOMALÍAS
Durante los últimos años hemos asistido a un fenómeno poco habitual en la Península Ibérica, la llegada de huracanes a nuestras costas.
Fue el caso del Huracán Vince, que se formó entre las islas Madeira y Canarias y que afectó a la península en octubre de 2005.
La tormenta tropical Delta que afectó a Canarias semanas más tarde de aquel año especialmente anómalo.
El huracán Gordon un año más tarde afectó a Galicia en septiembre, formado lejísimos de nosotros consiguió atravesar todo el océano para afectar al noroeste peninsular y con más fuerza a Irlanda.
Más recientemente, el año pasado, tenemos el ejemplo de Ophelia. Un extraño huracán que llegó con fuerza 3 a las islas Azores. Algo que nunca había ocurrido anteriormente. Días después rozó España para embestir con fuerza en Reino Unido.
¿POR QUÉ NO LLEGAN A ESPAÑA?
Los huracanes necesitan habitualmente una temperatura de agua del mar superior a 26 grados para formarse o mantenerse con vida, pues es lo que les alimenta.
La fría Corriente de Canarias protege a la península de la llegada de huracanes, pues se encuentra en torno a 19/21 grados durante el periodo en que se extiende este fenómeno.
Por ello, de llegar a alcanzarnos perderían fuerza inmediatamente antes de tocar tierra. Aunque la naturaleza es sorpresiva y Vince se formó y fortaleció con temperaturas en torno a los 23.5 grados, desafiando toda lógica.
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