JUICIO: La muerte de un hombre en Cerro de Reyes está llena de incongruencias
22 de Octubre de 2019
Este lunes, 21 de octubre, arrancaba el juicio por la muerte hace dos años de una persona en la barriada pacense de Cerro de Reyes, en la que los dos hombres procesados por la muerte de este, antes cuñados, ahora se acusan mutuamente. Unos testimonios que, este 22 de octubre, están repleto de incongruencias a la espera de esclarecer los hechos para llegar a un veredicto justo.
Ocurrió un 2 de abril de 2017 y según transcurre el tiempo modifican los testimonios. El juicio se está celebrando en la Audiencia Provincial, en el que M.A. y L.F. se enfrentan a 15 años de cárcel por homicidio por parte de la Fiscalía, que serían 20 por asesinato si se cumple la petición de la acusación particular; además de dos años por tenencia de armas, así lo han declarado a 7Días.
Si algo no ha cambiado es la alegación de legítima defensa de uno de los implicados mientras que la otra niega la participación de su defendido, L.F hermana de L. (exmujer de M.A.) y P.
Solo hay actualmente una cosa en la que coinciden ambas partes y es que había una enemistad entre dos vecinos del Cerro de Reyes porque uno de los acusados trató de ocupar una vivienda vacía. Además, según el testimonio de L. y P. la víctima había amenazo a la familia con anterioridad, de hecho lo hizo según declaran contra la casa donde vivían con un bastón modificado para disparar proyectiles.
Además, según informan los testigos la víctima, E., estuvo en prisión 34 años.
LOS HECHOS
Ocurrió un domingo, 2 de abril de 2017 a las 12:00 horas, en la calle Federico García Local. Allí E.G. (la víctima, también conocida como El Negro) apareció muerto en la carretera con dos tiros en muslo, pulmón y varios golpes en la cabeza.
El día en el que ocurrió todo, el fallecido, que usaba parches de morfina para los dolores y a veces utilizaba muletas -según declaran los testigos-, volvió a disparar con el bastón hiriendo a L.F. en el hombro. La fiscalía mantiene que ambos acusados colaboraron. Uno de ellos cogió la pistola y otro un palo de madera que tenían en casa, persiguiendo a la víctima y autor del primer disparo; se enfrentaron y M.A le disparó mientras que L.F. le golpeó.
No obstante, tanto L.F. como sus dos hermanas (una de ellas exmujer de M.A a la que testigos sitúan en el lugar de los hechos acompañando a los supuestos agresores) afirman que tras recibir el disparo en el hombro L.F. quedó en un estado semiconsciente y no salió de casa. Aunque en este caso hay incongruencias entre el testimonio de P., que dice que su hermano estaba mareado o semiconsciente y lo llevó hasta el sofá, y el de L. que asegura que estaba sin consciencia y P. lo arrastró al interior de la vivienda.
L.F. por su parte dice que en cuanto recibió el disparo se escondió en casa y no volvió a salir. Las dos hermanas y este último pensaron en un primer instante que E. había matado a M.A., aunque los hechos demuestran lo contrario.
El otro procesado, M.A., admite los hechos que relata la fiscalía y mantiene que fue su cuñado el que remató a E. golpeándolo con el palo. Además, sostiene que disparó para defenderse porque temía por la vida de sus hijos, algo que respaldan las hermanas del acusado L.F. según sus testimonios.
Asimismo, y durante el transcurso de la segunda jornada del juicio con el jurado popular presente conformado por sus 11 miembros desde el 21 de octubre, se presentaron varios testigos más, uno de ellos protegido que realizó las declaraciones mediante llamada telefónica.
El testigo protegido explicaba que cuando se encontraba tomando un café en el Bar Tope de la calle Federico García Lorca escucharon disparos, fue ahí donde él y los otros clientes de la cafetería se asomaron para ver qué ocurría y pudieron observar que había un cuerpo desplomado a unos 50 o 60 metros de distancia.
El mismo declara que observó que dos hombres salían corriendo y detrás de ellos les acompañaba una o dos mujeres, "eso cree"; una de ellas iría con ropa deportiva y otra con bata. Sí confirmó que una tiró un objeto al jardín, supuestamente un palo, y que posteriormente subieron a un coche.
Este testimonio no concordaría con el de L. y P. La primera afirma que no salió de la casa, metió a sus hijos en el interior, concretamente en el pasillo, y que después su prima se los llevo del domicilio en todoterreno. P. afirma que en ese momento estaba en la cocina y cuando ocurrieron los hechos cogió a uno de los pequeños y se refugió. Ninguna de las dos dicen haber estado en el lugar de los hechos, de hecho P. afirma no haber visto a la víctima por encontrarse en el interior de la vivienda. Además, según su testimonio L.F nunca llegó a salir de casa.
No obstante, el testimonio concuerda con el A. y su sobrina J. así como su marido A.D.
A. se encontraba en su casa en Suerte de Saavedra cuando escuchó un grupo de personas hablando en un coche. En ese momento A. se encontraba convaleciente pues había sufrido un infarto así que se acercó al balcón a tomar el sol cuando escuchó hablar a los acusados.
Estaban en un coche que conducía, según la testigo, M.A, acompañado de L.F, al que no escuchó hablar, y de una tercera persona. La misma dice que escuchó que admitían haber matado a E. y cuando dejaron el lugar. Fue entonces cuando A., escondida, escuchó cómo una de las personas le decía que tomaran precauciones a lo que uno de los acusados respondía “que tengan cuidado ellos que vamos cargados”.
J. por su parte, sobrina de A. y mujer de A.D. (hijo de la víctima), asegura que en el lugar de los hechos los vecinos le confirmaron que alguien había matado a su suegro, el cual había recibido varios disparos y golpes en la cabeza. Afirma que la víctima usaba bastón con anterioridad, pero no en el último mes, y que jamás habían visto el supuesto bastón modificado para disparar proyectiles de calibre 12. De hecho, reiteró que debido a los dolores que sufría su suegro debía usar parches de morfina.
El hijo de la víctima corrobora este último testimonio y admite en preguntas de la defensa que en el lugar de los hechos también escuchó el nombre de ‘El Gabri’, el que, supuestamente, habría sido el otro detenido.
Ahora todo queda a la espera de este jueves, tercera jornada del juicio, donde se presentarán las pruebas forenses y se esclarecerán los hechos. Las sesiones continuarán el viernes y finalizarán con el veredicto el lunes.
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