La Audiencia de Badajoz aplica la nueva Ley 8/2021 en un caso de esquizofrenia
1 de Diciembre de 2022
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Badajoz ha desestimado el recurso que pretendía el nombramiento del recurrente como curador en lugar de guardado de hecho de su hermano que padece esquizofrenia paranoide en base a la aplicación de la nueva Ley 8/2021 que busca la mayor autonomía de las personas con discapacidad.
Uno de los aspectos más relevantes de la Ley 8/2021 es que ha suprimido la incapacitación judicial. Anteriormente, cuando una persona con discapacidad requería de apoyos para el ejercicio de su capacidad jurídica, se iniciaba un procedimiento judicial para incapacitarla.
El recurrente alegaba que no se había tenido en cuenta la situación particular del demandado, en relación tanto a sus patologías y los brotes recurrentes a consecuencia del abandono de su medicación y señalaba que la guarda de hecho es insuficiente y defienden que su hermano necesita una curatela, puesto que no puede tomar decisiones sobre su salud y sobre contenidos económicos.
La Audiencia, en cambio, señala que a la vista de los informes médicos y de servicios sociales y de las entrevistas realizadas, la enfermedad que padece no le impide desenvolverse en su vida diaria y vivir según sus deseos y preferencias.
Además, la Sala recuerda que la ley 8/2021 ha cambiado completamente el régimen jurídico de las personas con discapacidad, para empezar, destacan, ya no cabe modificar la capacidad de nadie, al contrario, establece que las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en todos los aspectos de la vida. Se quiere con ello respetar su voluntad y preferencias.
En este caso, prosigue la sentencia, es precisamente el que pretende erradicar la nueva normativa: “los déficits en la capacidad mental no deben utilizarse como justificación para negar la capacidad jurídica”.
De forma, tal vez “bienintencionada”, pero extramuros de la ley, el recurrente quiere proteger a su hermano para que se tome la medicación y no malgaste su dinero.
Pero toda medida de apoyo, continúa, debe ser individualizada y requiere que el sujeto padezca una enfermedad que le impida valerse por sí mismo, y además, menoscabe gravemente su inteligencia y voluntad, causas que aquí no incurren, sentencian.
Por todo ello “no advertimos que su conducta actual justifique una intervención en el ámbito de su salud como en su patrimonio”.
La Sala también emite una reflexión sobre la nueva Ley 8/2021 y señala que “reconocemos que los nuevos parámetros legales distan mucho del régimen jurídico tradicional. Son incompatibles con lo que veníamos haciendo hasta ahora, pero es justo lo que se busca”.
Las personas con discapacidad, prosiguen, “tienen los mismos derechos que el resto. Se quiere preservar su dignidad. No son ciudadanos de segunda. Y en el caso de las personas con enfermedad mental, la sociedad debe abordar su situación con menos prejuicios. Las limitaciones de cada individuo no deben ser un obstáculo para el pleno reconocimiento y desarrollo de su capacidad, ejerciendo sus derechos en la mayor medida posible”.
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