La importancia del patrimonio azulejero extremeño entre los siglos XV y XIX
25 de Diciembre de 2019
Tradicionalmente la cerámica arquitectónica ha sido considerada como un ‘arte menor’, integrante de las denominadas ‘artes decorativas’. Su importancia se ha visto relegada a lo largo de los años a un plano secundario por detrás de otras manifestaciones artísticas como la escultura o la pintura. Por tanto, la azulejería ha sido un tema escasamente investigado en Extremadura a pesar de la gran cantidad de obras que se conservan, de la excepcional calidad de las mismas y de que Extremadura sea uno de los principales centros receptores de España.
Por todo ello, Nuria Mª Franco, doctora en Historia del Arte por la Universidad de Extremadura, decidió presentar sus investigaciones en la tesis doctoral titulada 'La azulejería en Extremadura entre los siglos XV y XIX a través de las colecciones de los museos provinciales'.
Su autora nos ha explicado que los inicios de su investigación se remontan al año 2005, momento en que comenzó a trabajar en el Museo de Cáceres. Esta tesis doctoral supone la primera investigación en profundidad sobre la azulejería histórica en Extremadura que, como apunta la investigadora, “debe ser continuada por una completa catalogación de todas las obras conservadas fuera de los museos”.
Con este estudio, Franco pretende reconocer el papel que desempeña la azulejería en la Historia del Arte, donde debe ocupar un lugar reseñable tanto por la dificultad en el proceso de fabricación de la cerámica como por el necesario dominio de la técnica pictórica, para la Dra. Franco argumentos suficientes para su reconocimiento, algo cada vez más evidente desde mediados del siglo XX con la creación de museos específicos tanto en España como en el ámbito internacional.
Su trabajo demuestra que la azulejería no solo poseía una función decorativa sino también arquitectónica, al proteger al muro de la humedad, a la vez que ayudaba a su drenaje, de ahí la forma biselada que poseían estas piezas cerámicas. Asimismo, sustituían los retablos ígneos en los templos donde, por problemas de humedad, se desaconsejaba su colocación, como en el Monasterio de Tentudía. También sustituían los frontales de altar textiles puesto que su conservación y mantenimiento era más fácil sobre un soporte cerámico; ejemplos de esto último se encuentran en las iglesias de Berzocana, Tejeda de Tiétar o Garrovillas de Alconétar.
Además de esto, la investigadora explica que el escaso valor y reconocimiento otorgado a la azulejería como parte integrante del patrimonio cultural es una de las principales causas de sus problemas de conservación. “El expolio, muchas veces destinado al mercado ilegal, el vandalismo y las condiciones climáticas adversas son los mayores peligros para este tipo de piezas”, subraya Franco. Asimismo, señala que la solución podría venir dada por la implicación de las instituciones y la ciudadanía.
Esta tesis doctoral aborda también otras cuestiones importantes en el ámbito de la azulejería, centradas mayoritariamente en el caso extremeño: los problemas, necesidades y directrices en materia de conservación; la restauración de azulejos en Extremadura, los museos cerámicos nacionales e internacionales y algunos ejemplos expositivos en la región, o el mercado de la azulejería histórica.
Así también se estudian los principales centros productores cerámicos en España (Toledo, Talavera de la Reina, Sevilla, Valladolid, Manises…) y se difunde la labor de alfareras españolas, como Isabel y María de Robles, cuya obra no ha sido reconocida hasta hace pocos años.
Por último, se dan las pautas para la catalogación museográfica de los materiales cerámicos, especialmente de la azulejería.
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