OPINIÓN - La lista del paro habla de emigración
3 de Enero de 2018
La lista del paro se ha reducido en 9.751 personas en Extremadura durante el año que acaba de terminar.
Por el contrario, la lista de personas afiliadas a la Seguridad Social, como cotizantes, ha aumentado en 9.295 durante el mismo periodo.
Son dos cifras muy parecidas, pero no son idénticas. Entre ellas hay una diferencia de casi medio millar de personas. Concretamente, 456.
Es decir que, en teoría, en Extremadura, en el año 2017, el desempleo ha bajado más que ha subido el empleo.
¿Cuál de las dos cifras dice la verdad? Las dos. Las dos son fidedignas. A las dos hay que atribuirle autenticidad.
Pero una es más fiable que la otra. La cifra del paro, tan manoseada por políticos y sindicatos, fundamentalmente, nos informa sobre el número de personas, en edad de trabajar, que se han apuntado en las oficinas de empleo para dejar constancia de su deseo de encontrar un trabajo.
La cifra de afiliación a la Seguridad Social, a la que se suele hacer mucha menos referencia pública, indica el número de personas que están cotizando y, se supone, que también trabajando, pues nadie se suele afiliar a la Seguridad Social si no tiene un empleo.
La cifra de afiliación es mucho más precisa, por lo tanto, sobre la evolución del desempleo, que la cifra del paro.
Para dejar de ser un demandante de empleo, es decir lo que comúnmente se denomina un parado, basta con dejar de figurar en las listas de las oficinas de empleo.
Quien, por olvido, error o cualquier otro motivo, no renueva su demanda de trabajo pasa automáticamente de estar en paro a ‘tener un empleo’.
Si, estando en la lista del paro, te toca la lotería y decides que ya no necesitas trabajar ni renovar tu demanda de trabajo, inmediatamente empiezas a ser considerado una persona con empleo.
¿Qué ha podido pasar con las 456 personas extremeñas que han dejado de estar en paro pero tampoco trabajan? Multitud de cosas.
Que, desesperadas por la falta de oportunidades hayan emigrado y ahora figuren, como empleadas o paradas, en otra región o incluso en otro país. Que se hayan olvidado o estén hartas de ‘renovar el paro’. Incluso es posible que algunas hayan fallecido y no se les haya dado todavía de baja en la lista de demandantes de empleo.
Desde luego, la lotería ha debido de tocarles a muy pocas. Si es que a alguna le ha tocado lo suficiente para dejar de necesitar un empleo.
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