La mentira de un prelado “per saecula saeculorum”
2 de Septiembre de 2022
Seguro que todos hemos oído hablar en Badajoz de San Atón, pues hace referencia a varios lugares que comparten este mismo topónimo, como el de una calle, una plaza, el seminario y colegio diocesano de la ciudad, una ermita, e incluso la fundación de una cofradía.
Pero…, ¿Sabrían decirme quién fue este personaje de la historia, y por qué se le relaciona con la ciudad de Badajoz, e incluso desde siglos atrás, fue copatrón de la Catedral de Badajoz en 1.614? Allá vamos: San Atón (que no hay que confundir con San Atto), pues este último fue un obispo ermitaño de origen aragonés, nacido en el año 1.034 ni con San Antón (Antonio Abad). El origen de este nombre es egipcio, en concreto de una deidad solar, probablemente su uso se relacionó a la patrística asceta a través de la iglesia copta egipcia.
San Atón de Pistoia, como se le conoce, citan algunas fuentes que era natural de Badajoz. De la calle alta y número 56, aunque pasaría a llamarse como el propio santo. Del santo, existe una reliquia custodiada por las H. Carmelitas de Badajoz en un relicario desde 1.744.
También existe una talla antigua del santo en la Catedral de la ciudad, del año 1.718, de los imagineros pacenses Miguel Sánchez Taramas y Francisco Ruiz Amador, y otra más moderna del antiguo seminario. Otra imagen más episcopal, está en una capilla de la Catedral, llamada de la Soledad o de San Benito, y que atribuyen a Jerónimo de Morón. También existe un retrato en lienzo del siglo XVIII, que se conserva en la parroquia de Santa María la Real (de San Agustín), con una leyenda que dice así: “S. Atón, obispo de Pistoya, canónigo y natural de Badajoz”.
La casa donde “se dice que nació” este venerable santo, está en la actualidad en un estado avanzado de deterioro, habiendo sido en el pasado propiedad del Obispado, aunque actualmente es posesión particular. Se puede leer milagrosamente en su fachada un letrero de mármol donde se cita: “Aquí nació San Atón, Obispo de Pistoya. Año de 1.090”. Y hasta aquí, todo parece apuntar por las conjeturas históricas de que este santo varón, nació en nuestra ciudad de Badajoz por tales elementos indicadores.
Pero así es como quiso “enhebrar” un obispo de nuestra diócesis, el culto a este santo de origen italiano, y que caprichosamente quiso ostentar entre sus ovejas a este venerado santo, se obstinó en “inventarse” falsos datos en su vinculación extremeña, y “estafando” con falsas leyendas a la historia. Veremos como: En esta cruzada, fue imprescindible la ayuda del arzobispo de Santiago, Juan Bautista Beltrán de Guevara, nacido en 1.542 en Medina de las Torres, y muy vinculado al país italiano al ser presidente del Real Consejo de Italia.
La idea de que San Atón naciera en Badajoz, se forja a través de una publicación de 1.613 de Ludovico de San Llorente, un cordobés afincado en Roma, quien elaboró una biografía del santo titulada: “Vita Attonis Pacensis, Pistoriensis episcopi” Juan Sánchez Valverde, procurador y Notario Mayor de la Audiencia Episcopal propuso al escultor Jerónimo de Morón de Badajoz, la realización de una talla de San Atón para que procesionase en la ciudad y promover su culto.
El entonces obispo de Badajoz, Don Amador Merino Malaguilla, nacido en Sigüenza (Guadalajara) y fallecido en Barcarrota (Badajoz), fue también escritor, Maestre Escuela y Doctor en Derecho. Fue este canónigo quien certificó la autentificación de la reliquia de San Atón, en un acto solemne en la catedral con repique de campanas. La febril idea de que este santo fuera de Badajoz, nace de algunas fuentes que recogen desde el siglo XVI, que San Atón era de origen hispánico y concretamente, nacido en la ciudad de Badajoz. Todo ello a raíz de una mala interpretación de una firma atribuida al propio santo que dice: “Ego Fr. Atto pecc. mon et dict’pist eps”, donde el autor Ludovico interpreta que la abreviatura “pecc.” hacía alusión al término “pacensis”, y originando todo este revuelo del origen del santo.
Paradójicamente la filología defiende que el término acuñado, hace referencia a las abreviaturas de los escritos religiosos de la época, donde se reflejaba como acto de humildad, la condición de pecador del autor. (pecc.) Dicha tesis fue defendida por Solano de Figueroa y Enrique Flórez, quienes afirmaban que Atón era natural de Badajoz, aunque queda en evidencia dicha interpretación, debido a que el topónimo “pacense” a la iglesia local de Badajoz, es concedido en el año 1.255, tras la reconquista cristiana; una fecha posterior a la vida del santo.
Durante el siglo XX, se desarrolló una corriente “revisionista” que prueba el error original. Teodoro Agustín López López, confirma la mala interpretación argumentando que en el siglo XI, la sede mozárabe de Badajoz se llamaba “Badaliaucu” y no tomaría el nombre de “Pacensis” hasta dicho año antes mencionado. Hay una segunda teoría defendida recientemente por Bruno Bruni, que afirma que el término “peccensis”, alude al origen de la ciudad de Pescia, en el Valle de la Toscana.
Aducen como un nuevo argumento que aportar, que el nombre de pila de “Atón”, no está documentado en la antigua España. (aunque hay el caso de Atón de Oña, del siglo XI). En cuanto a su infancia y juventud, poco se sabe. Se dice que fue monje de la abadía de Vallumbrosa en torno al año 1.100, en la diócesis de Fiesole, sufragánea de Florencia. Llegó a ser abad general de la Congregación Benedictina, que poco tiempo antes había fundado san Juan Gualberto.
Tras la muerte del obispo Ildebrando en 1.133, el cabildo catedralicio elegiría a Atón como sucesor. El papa Inocencio II por bula de 21 de diciembre de 1.134, elogiosamente lo confirmó para la antiquísima diócesis de Pistoya, sujeta jurisdiccionalmente a la propia Roma. En efecto, ejerció con gran celo pastoral, conservando la austeridad de la propia vida consagrada. Su tumba, que expresamente quiso que fuese modesta, estuvo en el baptisterio de Santa María in Corte, hasta que fue derruido el 25 de enero de 1.337. Su cuerpo incorrupto y la inscripción “Acto ep. Pistor. Hic requiescit” fueron trasladados a la catedral de Pistoya sobre un altar marmóreo con forma de arcosolio, obra de Leonardo Marcacci.
Hoy conservado como mausoleo artístico por la ornamentación del escultor del año 1.606. El seminario diocesano de Badajoz, desde su fundación en 1.664, lo proclama como patrón. El 17 de agosto de 1.742, Benedicto XIV autorizó la apertura del sepulcro para coger el hueso radio, reliquia venerada en el convento de monjas Carmelitas de Badajoz.
A partir de esta tradición un tanto impuesta en Badajoz, se crea la leyenda: “Atón, nacido en Pax Augusta, en una familia honesta. Se hizo sacerdote y fue canónigo hacia el 1.120”. (dato discutido por otros biógrafos, ya que, en ese momento, Badajoz estaba en manos musulmanas y no había canonicatos), y habría marchado a Roma como peregrino y, de camino, habría estado en Pistoya, donde sería investido como obispo.
Durante siglos, las relaciones eclesiásticas entre la región de Pistoia y Badajoz, no fueron precisamente cordiales, en esa continua competición por ostentar el lugar de origen de San Atón, llegando incluso a interponerse acciones entre ambos municipios. El que fuera obispo de Badajoz en el siglo, fue el gran propulsor de esta idea de tener en su diócesis a este santo, y para escarnio de la historia, hizo colocar la placa ante una fachada (que incluso es notoriamente de facturación posterior a la contemporaneidad de San Atón), para reafirmar en su particular “cruzada”, la defensa tangible de que el santo era pacense, pues se conservaba en pie todavía su casa.
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