Los anticuerpos de los vacunados e inmunizados destruyen todas las variantes del covid

Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos, en el centro de vacunas de la Jolla, ha profundizado sobre el grado de eficacia de la inmunidad que generan las personas que han pasado el virus y de las personas que han recibido la vacuna de Pfizer y Moderna.

La investigación demuestra que en el sistema inmunológico de este grupo de personas se producen una serie de glóbulos blancos que son capaces de neutralizar el virus original y las variantes originadas hasta ahora: la británica, la brasileña, la sudafricana y la más reciente localizada en California.

Jolla investigó dos tipos de glóbulos blancos, CD4+ Y CD8+. El primer tipo de glóbulo se encarga de dar órdenes para detectar al virus en el organismo para que produzca anticuerpos además de ser capaz de reclutar linfocitos citotóxicos que son capaces de identificar y destruir las células afectadas por la infección, y el segundo tipo de glóbulo también mata las células infectadas, pero su trabajo principal es crear moléculas antivirales que neutralicen el patógeno. La existencia de estas células en el organismo es resultado de que la persona ha desarrollado una respuesta inmunológica completa contra la nueva variante del virus: SARS-CoV-2.

El estudio, todavía en fases preliminares, se llevó a cabo con la muestra de sangre de 11 personas que contrajeron el virus entre julio y octubre de 2020, antes de que aparecieran las nuevas variantes, y las personas que fueron vacunadas con las vacunas de ARN.

Este estudio, que a pesar de estar solo en sus primeras fases y con un número de pacientes reducido “es a la vez muy detallado y lo respalda un grupo de científicos muy fiables” tal y como indica Marcos López, presidente de la Sociedad Española de Inmunología.

Estos datos dan más veracidad a lo que ya se previa para el futuro del coronavirus: Cuanta más gente se inmunice de la enfermad, por medio de haberla pasado o haberse vacunado, el coronavirus acabaría evolucionando a un leve resfriado, perdiendo el riesgo de mortalidad. Aunque al ser así, también obligaría a actualizar las vacunas cada cierto tiempo, tal y como sucede con las de la gripe.

El estudio también dice que si las variantes consiguen eludir los anticuerpos, puede traducirse en que el nivel de transmisión aumente, aunque no afecte a los inmunizados.