Los blasillos se quedan huérfanos y las sonrisas, a media asta
22 de Febrero de 2018
Forges, no ha muerto. Forges vivirá para siempre. O, al menos, nos acompañará mientras nos quede algo de memoria.
Quien ha muerto ha sido Antonio Fraguas de Pablo, su alter ego.
Forges es el humorista gráfico que con más ahínco ha dibujado la historia de España. Y no sólo la actualidad política y social, a través de los periódicos, sino la historia de todo un país de cabo a rabo, pues por algo se le llama ‘la piel de toro’.
Durante su amplísima trayectoria como dibujante de blasillos, de conchas, de marianos, de naúfragos, de romerales y demás personajes forgianos, Forges ha dibujado en nuestra cara incontables sonrisas. Nos ha hecho reír, nos ha hecho pensar y ha ido enmarcando en sus viñetas nuestra existencia, la actualidad de un país, la realidad de todo un mundo, desde las alcobas hasta los templetes del poder, pasando por la pantalla del televisor y las islas con naufragos.
Forges ha sido un creador polifacético, capaz de escribir editoriales periodísticos con un monigote, y de darles vida a personajes que viven a nuestro lado, aunque no los percibamos como creaciones puramente forgianas.
Y lo ha hecho con tal vigor que muchos de ellos saltaron del papel prensa, a los álbumes, a los libros, a las vallas publicitarias, al cine y hasta a las canciones.
Eduardo Aute les puso música a algunos de sus personajes. “Sillón de mis entretelas / mi despachito ‘oficial’ / quieren dejar a dos velas / a un director general. / Me quieren echar afuera / arrojarme al arrabal. / Que puñalada trapera / del Papelín Oficial”, se quejaba amargamente, a ritmo de tango, un alto cargo a punto de caer.
Pero Forges no se ha limitado a dibujar la historia –la pasada, la presente y hasta la futura-, de España; además ha sido y lo será durante bastante tiempo un poderoso creador de lenguaje. Tanto gráfico como textual. En el diccionario de la Academia de la Lengua están palabras suyas como muslamen y bocata. Saltaron de los bocadillos de sus viñetas a la boca de sus conciudadanos y la ‘docta casa’ las recogió en el diccionario.
Con la muerte, a los 76 años, de cáncer de pancreas, en Madrid, de Antonio Fraguas de Pablo, compañero inseparable de Forges, termina la mejor tira cómica de la historia de España. Los Mariano, Romerales, blasillos y los náufragos se han quedado huérfanos y las sonrisas ondean este jueves a media asta en muchas caras.
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