Los bomberos siguen buscando a los desaparecidos bajo los escombros

Cuarenta y dos horas después de que desapareciesen dos trabajadores bajo los escombros de un edificio en Madrid, continúa su búsqueda. La Fiscalía ha abierto una investigación para aclarar lo ocurrido.

Nada se sabe hasta ahora de José María Sánchez Tejeda, de 56 años, casado, natural y vecino de Malpartida de Plasencia, ni tampoco del otro operario desaparecido bajo las vigas y los cascotes, que tiene 42 años. Sus familiares siguen con angustia las tareas de desescombro que están resultando muy complejas, por el riesgo que acarrean tanto para los bomberos, y demás personal de protección civil que participa en ella, como para los propios desaparecidos, a los que se busca sin descanso con perros entrenados en la localización de personas enterradas bajo escombros.

Aunque el paso del tiempo está en contra de que este tipo de sucesos tengan un final feliz, aún se espera rescatar con vida a los desaparecidos, si es que han logrado refugiarse en algún hueco entre los escombros. Si no se les encuentra antes de que hayan pasado 72 horas, las posibilidades de hallarlos con vida serán mínimas.

CAMBIO DE TÁCTICA

Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid comenzaron retirando los cascotes a mano, para evitar cualquier todos los riesgos posibles, pero han cambiado de táctica y se han decidido a derribar los elementos que aún no han caído, pero amenazan con caer, para seguir buscando sin esa peligrosa espada de Damocles sobre sus cabezas.

La principal de las incógnitas que plantea este suceso es dónde están los dos trabajadores desaparecidos, pero no es la única. Los perros marcaron dos zonas en las que podrían estar, pero es difícil acceder a ellas y, además, no se ha confirmado que estén en ese lugar.

No se sabe aún con certeza la razón por la que se vino abajo el edificio. Se especula con la posibilidad de que se hayan producido vibraciones en la cimentación que se han trasladado al resto de la estructura del inmueble y que esto haya desencadenado el derrumbe, que comenzó en la planta superior. Al parecer, algunas personas que estaban trabajando en el edificio vieron, instantes antes del suceso, una gran grieta en un muro de carga y escaparon para salvar su vida. Al menos dos trabajadores no pudieron salir y se les sigue buscando.

Otras fuentes señalan que el derrumbe puede haber sido causado por una acumulación de peso en la planta superior, la séptima, que fue utilizada como almacén, acumulando en ella tanto materiales –áridos, ladrillos, hierros – como herramientas. La estructura del edificio fue perdiendo resistencia a medida que se iban derribando paredes y vaciando el inmueble y terminó por ceder.

El abogado y portado de la empresa extremeña TYGMA ha declarado a 7Días que no es verdad, asegurando que en las plantas 7, 6 y 5 del inmueble no se acumuló ningún tipo de material. “No sé de dónde puede haber salido esa información”, afirma el abogado.

APARTAMENTOS DE LUJO

Sí parece claro que la obra se realizaba contando con todos los permisos necesarios, según el Ayuntamiento de Madrid.

El edificio, situado en el paseo del General Martínez Campos, número 19, en el barrio de Chamberí, estaba siendo reformado desde hace semanas con el fin de convertirlo en 27 apartamentos de lujo, con precios de entre 1,6 y 3,9 millones de euros.

En el momento del colapso había dentro del edificio una veintena de trabajadores.

Al frente de la obra está la constructora Aldesa que subcontrató a otras dos empresas. Una de ellas en la extremeña Transportes y Grúas Malpartida (TYGMA) de Malpartida de Plasencia en la provincia de Cáceres. En ella trabaja José maría Sánchez Tejeda. La otra empresa subcontratada es TEPUY, según afirma el portavoz de Transportes y Grúas Malpartida.

DESMONTAJE DE CARPINTERÍA

TYGMA tiene 12 trabajadores en la obra. Su tarea consiste en el desmontaje de la carpintería interior del inmueble: puertas, marcos, rodapiés, ventanas etcétera.