Los catalanes hacen cola para votar

La jornada electoral ha empezado en Cataluña con largas colas ante las urnas desde primeras horas de la mañana. El día también es laborable en Cataluña y, la necesidad de ir al trabajo, puede haberse sumado a las ganas de votar, originando las mencionadas colas.

Más de cinco millones y medio de electores (5.554.394) figuran en el censo electoral catalán para unos comicios en los que, más que la elección del partido que gobernará la Generalitat, está en juego si Cataluña apoya a las fuerzas independentistas o a los partidos que defienden la Constitución y un modelo de España sin separatismos.

El resultado final, como casi siempre, está en manos de los votantes que no manifiestan abiertamente, aunque lo tengan decidido desde hace tiempo, el color que tendrá su voto. La indecisión afecta a un millón de electores.

INES ARRIMADA Y MARTA ROVIRA

Dos mujeres se disputan el triunfo en estas elecciones catalanas. Inés Arrimadas, candidata de Ciudadanos a presidir el Gobierno catalán, y Marta Rovira, número dos en la lista de ERC (Esquerra Republicana de Cataluña), pero cabeza de lista real, pues el primer candidato que figura en la papeleta electoral, Oriol Junqueras, está presó por sus actuaciones durante los últimos días del proceso separatista.

Más allá de qué partido político consiga el mayor apoyo de la sociedad catalana, por el número de votos, o de qué organización gane las elecciones por el número de escaños conseguidos, no se espera una victoria clara en estos comicios autonómicos.

Todo lo contrario. El recuento de los votos elevará la tensión arterial de muchas personas durante la noche de este jueves.

El parlamento catalán, que tiene 135 escaños, va a quedar muy fragmentado, según los análisis realizados antes de la jornada electoral. No se espera que alguno de los partidos contendientes se imponga claramente. Ninguno superará los 40 escaños, según los sondeos.

Ante este panorama se vaticinan negociaciones complicadas y hasta la necesidad de repetir los comicios.

Como siempre, el electorado tiene el poder de impedirlo cambiando, en un sentido o en otro, la correlación de fuerzas.

FOTO: Íker Fernandez en Twitter.